Cultura

Emigrantes de ayer y de hoy

Disonancias, 18

‘Cartas de las golondrinas’ es una pieza de teatro, original de Blanca del Barrio, que ha pasado con notable éxito hace unos días  por el zaragozano Teatro de la Estación, y también por varias salas de la Red de Teatros Alternativos que abarca escenarios de Andalucía, Aragón, Baleares, Canarias, Navarra, País Vasco, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, Extremadura, Cantabria, Asturias y Madrid. La ‘Escena Miriñaque’, de Cantabria, realiza una extraordinaria interpretación de este asunto planetario –las migraciones– a través de dos buenas actrices: Noelia Fernández y Esther Aja.

El tema es universal y, al parecer, inevitable. Los vaivenes de la historia y del clima han obligado a millones de individuos a desplazarse en busca de la supervivencia. La pieza teatral enfoca el problema desde la memoria que ha dejado en nuestra sociedad la correspondencia de los españoles emigrados a países sudamericanos –fundamentalmente Argentina y Uruguay– durante las primeras décadas del siglo XX. La trama gira en torno a los asuntos, tanto graves como livianos, que los emigrantes retratan en sus cartas. Pero ¿puede haber un asunto liviano en quien se ha visto obligado a desterrarse, a desarraigar su presencia, a rendirse a la opresión de la realidad?

El dramatismo de muchas de estas cartas se transmite en la obra a través no sólo de la palabra sino también de los gestos y actitudes de las actrices. El mensaje llega nítido, intenso y lacerante. El espectador se siente trasladado a situaciones que desconoce personalmente, pero que sin duda pueden tener referencias próximas: no en vano la segunda oleada de emigrantes españoles tuvo lugar hace medio siglo, en este caso hacia Europa. Aunque en la pieza teatral no se hace alusión directa a ella, subyace en el texto una vibración comprensiva del problema en su conjunto.

Sí aparece, aunque de modo esquemático, la realidad actual, como si cada medio siglo nuestro país se viera obligado a perder una buena parte de su potencial operativo. La diferencia en cada una de las etapas es sustantiva: en los años 10, 20 y 60 del siglo XX se trataba generalmente de mano de obra sin cualificar; la diáspora posterior a la Guerra Civil, en los años 40, tuvo como denominador común la confrontación política y afectó al mundo intelectual muy crudamente. En la actualidad, el drama abarca a gran parte de una juventud bien cualificada que se ha esforzado en el desarrollo de su capacidad tecnológica y no encuentra una salida laboral digna en nuestro país.

Sería muy interesante hacer una recopilación de cartas de estas últimas ‘golondrinas’; unos mensajes rápidos, de trayecto veloz a través de Internet, pero sin duda llenos de un dramatismo similar a los que envolvían sobres de papel y garantizaban sellos de correos a lo largo de todo el siglo XX.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.