Cultura

Emily, la de Luna Nueva, de Lucy Maud Montgomery

Alice Munro, Nobel de Literatura 2013: “Emily, la de Luna Nueva es uno de los mejores libros de la literatura canadiense de todos los tiempos

Esta obra, al igual que la serie de Ana, la de Tejas Verdes, presenta el mismo formato editorial y está, igualmente, arropado con sugerentes ilustraciones que refuerzan un impecable texto en el que se conjugan los valores de la vida rural y la familia con las cuestiones universales que todos nos planteamos, como la pertenencia a una tierra, el valor de la amistad o la esencia del amor

Emily, la de Luna Nueva, de Lucy Maud Montgomery29 de agosto de 2014.-Emily, la de Luna Nueva» es uno de los mejores libros de la literatura canadiense de todos los tiempos”. Así de contundente se mostró Alice Munro, la flamante ganadora del Premio Nobel de Literatura 2013, al definir este libro de Lucy Maud Montgomery, autora que ejerció tal influencia en su vida que inspiró gran parte de su propia obra.

Y es que al igual que hizo con Ana, la de Tejas Verdes, una saga de la misma autora cuya reedición está cosechando un gran éxito en las nuevas generaciones de lectores, la editorial Toromítico vuelve a recuperar este clásico de la literatura contemporánea que se publicó en 1923 y que consta, contando con este título, de dos entregas más sobre la vida de esta curiosa chica, que no dejó indiferente a números escritores y lectores de la época.

Así, Alice Munro, que escribió un epílogo de este libro en 1997 para la Biblioteca Nacional de Canadá, habla de su intensa identificación con Emily respecto a la vida del escritor:

Somos como Emily, que se abalanza sobre las palabras desde la incertidumbre y la alegría, y se entrega mimando cada una de ellas para encajarla de manera exacta y deslumbrante en su lugar. Lo que me importa, finalmente, en este libro, lo que habría de importarme en los libros a partir de ese instante, es saber más sobre la vida de lo que me habían contado, y más de lo que yo nunca podría contar.”

Tras lograr un éxito sin precedentes con su saga de Ana, la de Tejas Verdes, Lucy Maud Montgomery creó el personaje de Emily Starr, a la que consideraba su álter ego y que define como una chica melancólica pero temperamental, poco amiga de callar ante lo que considera injusto. Muy inteligente y talentosa, comparte con Ana Shirley una imaginación desbordante, aunque no es tan locuaz como ella; es mucho más retraída.

Si la gran pasión de Ana es la enseñanza, la de Emily será la escritura, donde vuelca su visión del mundo y de la vida. En definitiva, es artista, con todo lo que ello comporta: vulnerabilidad y fragilidad, sensibilidad a flor de piel, intuición aguzada, talento para ver más allá de la superficie, altibajos de carácter… y melancolía.

La historia de Emily comienza con la muerte de su padre. Unos parientes la llevarán a vivir con ellos a la granja Luna Nueva. La protagonista está segura de que no será feliz allí. Habrá de hacer frente a la rígida y severa Tía Elizabeth, así como a sus pícaros compañeros de clase, manteniendo la cabeza alta y haciendo gala de su aguzado y rápido ingenio.

Lucy Maud Montgomery es una escritora canadiense universalmente conocida por las sagas de Ana Shirley y Emily Starr. Nació en 1874 en Clifton (actualmente New London), una pequeña ciudad de la Isla del Príncipe Eduardo (Canadá). Tras la muerte de su madre, cuando ella contaba menos de dos años de edad, su padre decidió dejarla a cargo de sus abuelos maternos, en Cavendish, para irse a vivir al oeste del país, donde volvió a casarse.

De sus abuelos recibió una educación muy estricta, aunque dicha situación —crecer sola en la casa de dos personas mayores— estimuló su imaginación, provocando la chispa que le haría crear los personajes de Ana Shirley y Emily Starr.

Completó su formación en el Colegio Príncipe de Gales, en Charlottetown, y entre 1895 y 1896 estudió literatura en la Universidad de Dalhousie, en Halifax, Nueva Escocia. En 1898, tras haber trabajado como maestra en varias escuelas, regresa a Cavendish para cuidar de su abuela, que había quedado viuda.

Se casó con Ewan Macdonald, un ministro presbiteriano, y se mudó a Ontario, donde su marido se hizo cargo de una iglesia. La pareja tuvo tres hijos: Chester Cameron, Stuart y Hugh Alexander, quien murió al nacer, en 1914. El resto de su obra la escribió fuera de Prince Edward Island, ya que después de su matrimonio nunca regresó en vida. Falleció en Toronto en abril de 1942 y fue enterrada en el cementerio de Cavendish, cerca del lugar en el que creció.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.