Te pido disculpas, pues, no era mi intención, yo sólo quería algo y no lo supe pedir, lo pedí, sin pedirlo como debería, y el hacer lo que no se debe condena a pedir lo que no se tiene, o se tiene, o se quiere tener, o se sueña con tener, algún día, puede que mañana, o tal vez ayer, o vete tú a saber, porque el tiempo, como todo, es un concepto relativo.
Como relativa es la vida, ahora se tiene, luego no, o sí, libre albedrío, azar, allá cada cuál, la vida va y viene, y no se detiene, rima fácil, al alcance de todos, de los mediocres, sobre todo, que todo lo llenan, todo lo engloban, allá donde mires ellos están, y a ti no te queda otra que unirte a ellos, ser tan mediocre como ellos.
La mediocridad está en alza, amigo, mediocridad para todos, barra libre, buffet libre, triunfa el más mediocre, en el reino de los ciegos el tuerto es el rey, pues en el reino de los mediocres el más mediocre es el rey, el emperador, el que todo lo puede, ¿quieres ser tan mediocre como tu vecino? Pues deberías, no es fácil, tan triste es nuestra sociedad que es más sencillo ser brillante que ser mediocre.
Porque la brillantez se acumula en la diferencia, ver a todos hacer y cambiar la forma de hacer, ser diferente, tan sencillo, ahí radica la brillantez en nuestros días, olvídate de logros, de inteligencia superior, eso para otros tiempos, atrás queda ya, tan uniformes somos que un poco de diferencia basta, consume menos que tu vecino, aparenta menos que tu compañero de trabajo, sueña con cosas sencillas y ¡voilá!, ya eres brillante.