Cuando la soledad, la nostalgia, o el pasado nos acechan y aprisionan frente a la vida, sólo nos queda encontrarnos a nosotros mismos en los ojos del otro, del igual, de aquel a quien amamos, percatándonos de que vibra, siente, ama, llora, sufre… como nosotros. Y solo entonces nace la pregunta temida: ¿Eres tú mejor que yo o soy yo mejor que tú?
Encontrarme con tus ojos
entender tus sinfonías,
tus miedos y alegrías
acaso te conozco, o…
acaso me conoces, no.
Tú sientes, tú vibras, tú amas,
yo siento, vibro y amo
a veces cantas, a veces canto.
—
Cuántas veces quisiera comprenderte:
¿Por qué actúas?, ¿Qué te lleva a el obrar?
Eres capaz de crear bellos poemas,
sembrar árboles y rosas en primavera,
abrigar niños en invierno,
construir dignas obras en otoño,
abrazar y sonreír en el verano.
—
Encontrarme con tus ojos y entender
cuando ciegas o mancillas
si aniquilas o aprisionas,
quizá engañas o cuando odias.
Comprender qué llevas dentro
cuando la envidia te supera
o la avaricia te condena.
—
Cuando el poder te ciega,
y la opulencia te obnubila,
tu ego te transmuta y te envenena.
La vida la luchas, la vives, la golpeas,
mi vida la lucho, la vivo, la golpeo
¿Eres tú mejor que yo o
soy yo mejor que tú?
—
Encontrarme con tus ojos,
verte niño y salvarte,
extirpar alimañas que dañan tu carácter,
no permitir que crezcan dentro de ti.
Enseñarte sinfonías de pureza
para que nada pueda alcanzarte,
raíces plantadas con amor
fuertes, nobles que no puedan arrancarse.
—
El árbol inicia en su morada,
crece fresco, sano y fuerte.
Si agua y cuidados le prodigas;
cuando trata de morir
abonas la tierra y lo levantas.
Cada hora, cada día lo arrullas
no sea que el insecto lo erosione.
—
Encontrarme con tus ojos
y preguntar: ¿Fuiste el niño jugador,
el joven soñador, adulto constructor,
anciano sabio y consejero;
con cuentos que contar en decenas
de aventuras, unas ciertas otras no,
indudable personaje tejiendo la historia?.
—
Árboles que necesitan riego
más o menos, todo depende…
Cactus, el constante menos
naranjo en flor más.
Más o menos, menos o más
juego limpio.
—
Encontrarme con tus ojos
y decirte amigo desconocido:
Volvamos a jugar como niños
sigamos soñando siempre,
como el joven que un día soñó,
construyamos con tesón,
envejezcamos con orgullo,
para hacer la historia algo mejor.
—
Sientes vergÁ¼enza, yo también,
ocultar la infamia,
negar toda injusticia,
cancelar la calumnia,
corroer la inmundicia,
¿Cómo desmentir lo evidente?
—
Encontrarme con tus ojos
sí, esos tus ojos y decir:
Que es posible transformar,
quitar la fatiga de la carga,
pesada y traicionera iniquidad
que te atrae y condena
a ser esclavo en una cadena.
—
Sientes vergÁ¼enza, yo también.
Cuántos actos indignos ya lo ves,
Yo, tú, él, ella… nosotros
Vosotros, ellos… todos.
¿Quién no los ha tenido alguna vez?
Como se ha amado y tenido una madre,
algo digno y bello de preciarse,
recordarlo antes de causar desdén.
—
Encontrarme con tus ojos
invitarte a trocar y restaurar.
Con un gesto, quizá tu sonrisa,
una mirada que acaricie un corazón,
una mano que empuje hacia arriba,
una palabra que alimente,
una acción que redima,
una vocación que ilumine.
—
Somos fuego y agua, tierra y aire
somos nada y todo, bajo y alto.
Diáfano y sombrío, subimos y bajamos,
como el mar a veces tormentoso,
otras calmoso y sublime.
Nos salva el tener algo distinto:
sentir y amar, ver y distinguir,
pensar y discernir, crear y transformar.
—
Encontrarme con tus ojos.
Hoy, presente eterno y pedirte:
no me dañes con indiferencia,
no desprecies mis sonrisas,
no te burles de mis lágrimas,
no me pierdas por ganarte,
no me pisotees para enaltecerte.
—
Guerras de poder, pequeño y grande,
pasadas, presentes y futuras.
Resistencias que superan injusticias,
vuelve y viaja el tiempo…
Nuevas guerras de poder,
Nuevas resistencias, cambios,
nostalgias e ilusiones,
hombres, mujeres, familias,
sociedades que fluyen.
—
¿Hasta cuándo sufrir pesares,
luchar batallas propias y ajenas,
ser esclavos inconclusos
de vicios, ambiciones o desdenes?
Frena el paso, acaba ya,
tus ojos, mis ojos, esos ojos…
todos ven con su color.
—
Encontrarme con tus ojos
recorrer tus valles,
compartir mis lunas,
atravesar tus ríos,
y tú mis mares,
Contemplarte con mis ojos…
Y encontrarnos en esta inmensidad.