A una persona como yo, que se ha pasado toda la vida entre fogones de la Alta Cocina, para paladares muy exigentes, le llena de orgullo comprobar el buen momento profesional de las cocinas españolas, a pesar de las cortapisas que se reciben cada dÃa de los diferentes estamentos que deberÃan ayudarlas, aunque solo fuese para lograr una buena promoción turÃstica del paÃs.
Soy un apasionado seguidor de los programas Masterchef y Topchef, pues creo que con gran inteligencia programadora, algunas TV apuestan, y reciben su recompensa en audiencia, por sus programas de creatividad, de esfuerzo personal y de superación.
Quedé alucinado por el gran trabajo de los Junior, con platos increÃbles para jóvenes de 9 a 11 años…
No voy hablar de Adrián, Roncero, Susi DÃaz, Jordi Cruz, etc., etc. que hacen las delicias de los paÃses en los que van a realizar demostraciones culinarias. Quiero hablar de la Escuela de HostelerÃa de Santa Pola (Alicante), donde mi hija que ha decidido seguir la tradición familiar. Me invitó a comer, para que conociera el buen trabajo que realizaban, y quedé encantado.
Estos dÃas, David Andrés, segundo de un restaurante, se llevó el S. Pellegrino Young Chef. Una victoria que le da acceso a la final del certamen, donde competirá con los mejores cocineros jóvenes del mundo.
Y todo esto a pesar que el Gobierno abruma a los pequeños Restauradores con sus impuestos y que los gobiernos locales facilitan la implantación de grandes superficies extranjeras como IKEA, que hacen cerrar restaurantes famosos…