A pesar de que empezó hace dos años a enviar sus relatos y poesÃas a concurso, es ya acreedora de nueve premios entre nacionales e internacionales, cuatro de ellos conseguidos este mismo año. Participó en numerosas antologÃas y tiene dos cuentos publicados con la editorial Sieteleguas y otros dos con Edimater, además de otros futuros proyectos en cartera.
¿Qué te impulsó a escribir cuentos infantiles?
Desde siempre me ha gustado leer las historias para niños, asà como disfrutar de las ilustraciones que las acompañan. Sin embargo, cuando empecé a escribir cuentos infantiles mi intención principal era ilustrarlos y no escribirlos, porque mi vocación entonces era ser ilustradora.
¿Por qué dices que los niños no son tontos?
Porque cuando leo algunas historias infantiles no puedo evitar pensar que hay quien los toma por tontos.
¿Es tu hijo fuente de inspiración?
Sà claro. Por ejemplo, en el cuento “KepÃn vuela por primera vezâ€, KepÃn, el nombre del protagonista fue tomado de cómo mi hijo llamaba a mi tÃo. Ahora que ya tiene seis años, además de ser fuente de inspiración es crÃtico , siempre le leo los cuentos que escribo. Eso sÃ, cuando están totalmente acabados y le pido una opinión. Recuerdo una ocasión que al leerle el cuento se rió y me dijo: ese nombre es de bebé. Y sÃ, tenÃa razón. Â
¿Cuál es el premio que más ilusión o satisfacción te ha dado?
Todos los premios son siempre muy bien recibidos y alegran el dÃa, la semana…incluso los hay que llegan alegrarte el mes –de momento, estoy a la espera de los premios que alegran el año-. Pero el más significativo y el que guardo con más cariño, fue el primero que recibÃ. Ni tan siquiera era importante literariamente hablando, pero significó el que yo siguiera participando en otros concursos y ganara otros premios, incluso que me animara a intentar publicar en las editoriales… ¡Hay que ver el motor que puede ser un pequeño reconocimiento para alguien que empieza!
¿Influye el hecho de que seas profesora y el contacto directo con los niños a la hora de escribir?
Ser profesora no, aunque sà el hecho de ser licenciada en Bellas Artes. Al escribir cuido mucho de que los textos sean muy ilustrativos y pueda aportar el ilustrador con su trabajo una segunda lectura.
El contacto con los niños para alguien que escribe literatura infantil creo que es muy importante, al menos para mà lo es. El saber se nutre de la realidad.
¿TodavÃa aguanta atento un niño del siglo XXI la magia de un cuento?
Doy fe de que sà y no creo que la magia de un cuento se extinga nunca, sea el siglo que sea, por algo es magia ¿no?
Hasta ahora has explorado el mundo del cuento ¿te animarÃas con novelas? ¿infantil o juvenil?
Hay bastantes géneros que me gustan escribir o experimentar y que ya he explorado. Recientemente he terminado una novela infantil y estoy acabando un poemario.
¿Entre qué edades definirÃas tu público?
¿Se debe poner diques al mar?
Cómo escritora, ¿qué te proporciona más satisfacción; escribir o ver el efecto de tus cuentos en los niños?
Son satisfacciones distintas. Disfruto mucho escribiendo para niños y niñas. Sin duda una de las ventajas que tiene este género, por su brevedad, es que puedes ver sus efectos sin que los espectadores acaben bostezando de aburrimiento, además de disfrutar de un público sincero y entregado.
¿Realizas o realizaste alguna actividad relacionada con los niños?
SÃ, he hecho talleres de pintura, caretas… asà como cuenta cuentos.
¿Còmo ves el panorama actual de los libros para niños?
Con optimismo, cada vez los editores apuestan por ediciones más cuidadas y hay más actividades organizadas en torno al plan de fomento a la lectura.
Por otra parte, me gustarÃa pensar que la pobreza no impedirá que todos los niños y niñas tengan libros en sus casas…pero en este aspecto no soy optimista.
¿Cuál es para ti el futuro de los libros para niños?
Ediciones más cuidadas, donde las ilustraciones no sean “decorativasâ€, sino imágenes que enriquecen al texto, lo complementan y lo dotan de segundos significados.
¿Alguna recomendación?
A los niños y niñas: que no se olviden de pedir cuentos a los Reyes Magos, incluso al ratoncito Pérez.