Tras una extensa gira por los bares e inclusive algún castillo semi-destruido de Europa, Lucía Nasar regresa a su tierra natal Cochabamba en el marco de la gira promocional de su nuevo material Acople Cero, previa escala en Rio de Janeiro donde sin previo aviso, dio un concierto gratuito para más de 50000 personas.
Su regreso a esta ciudad, viene a ser “el retorno de la hija bastarda” (como ella misma se autodenominó) ya que existe una relación de amor-odio entre la cantante y estas tierras; recordemos los incidentes del 2000, cuando ante los atónitos ojos de los espectadores, Lucía i quemó la bandera de la ciudad, en el concierto por la semana aniversario.
La reacción por parte de la ciudadanía no se hizo esperar, ya que el concierto terminó con el destrozo de sus equipos de sonido, además de que al día siguiente, en el aeropuerto, Lucía tuvo que abordar rápidamente el avión antes de poder ser agredida por la multitud, que sin embargo logró “confiscar” sus maletas; siendo destruidos sus objetos personales, celular, libros y discos entre otras cosas.
Pasaron 9 años desde aquél amargo incidente, los ánimos se han ido calmando de a poco, pero el fuego se volvió a encender cuando en la artista anunció en su página web su regreso a Cochabamba, en el marco de su gira promocional de su reciente disco. Esto ha despertado un sin número de reacciones, desde la creación de la “Liga-Liga-Cochala” y “La Salteña Rabiosa” (instituciones creadas hace días, con el fin de normar y/o impedir algunos espectáculos públicos). Por su parte la fiel fanaticada de Lucía, anunció que está dispuesta a todo, con tal de lograr que se realice el concierto. Los bandos ya están armados, sólo falta que la cantante se cuelgue la guitarra y ejecute la banda sonora de esta confrontación.
En vista de tan ansiado/odiado regreso, es que con mi MP3-micrófono en mano, partí rumbo al hotel «Nube» donde ella se hospeda. Al llegar me doy cuenta que los despliegues de seguridad son rigurosos, pero no hay nada que se resista a un buen soborno, así que, luego de vaciar mi billetera por completo y tras 20 minutos de negociaciones, logré acceder a una entrevista con «la hija bastarda». La encontré sentada en el sofá, escribiendo y fumando frenéticamente mientras su pie descalzo se mueve al ritmo de «Subterranean homesick blues» de Dylan, cuya guitarra logra romper el castillo de humo que me separa de Lucía. No puedo negar estar enamorado de este momento, de esta visión (y yo que pensaba en vengar el honor de mi ciudad) pero ella parece no notar mi presencia por largos minutos, hasta que parece haber salido de su trance y me mira y saluda con fingida cortesía, es hora de apretar REC.
LUCÁA NASAR: Dispara
Un poco sorprendido y con nerviosismo intermitente, empiezo a preguntar
INVISIBLE NATURAL: ¿cómo te sientes después de la tibia acogida de la crítica a Acople Cero?
LuNa: El recibimiento del disco se lo ve en cada noche en los conciertos, que la gente coree tus nuevas canciones me desata cada vez más.
IN: noté que los temas del disco son un poco más oscuros en cuanto a su letra, la muerte parece ser un hilo conductor
LuNa: (mirándome adormecida) ¿Ah sí? no lo había notado
IN: Acople Cero es el disco mas garage que hayas realizado, ¿sientes que ese era el sitio a donde querías llegar?
LuNa: Fue cosa del ambiente y las vibraciones que te rodean, me encontraba en un momento donde prácticamente hacia «el aguante», resistir la tormenta. Todo eso se vio reflejado de manera involuntaria en el disco.
IN: Circuló el rumor por internet de que están ensayando nuevo material
LuNa: No quiero precipitar las cosas, estuvimos grabando un par de canciones; pero no sé donde vayan a parar, tal vez se las demos a Ricky Martin (sarcasmo puro). Lo que ahora importa es promocionar el disco
IN: ¿Y cuáles son las perspectivas, para tu presentación en esta ciudad, después de 9 años?
LuNa: ¿no te avisaron? ayer dimos un concierto improvisado en uno de los cafés de la ciudad
Me pongo rojo de vergÁ¼enza por haberme perdido esa sesión improvisada (horas después, mi amiga me diría que Lucía «Fue la maestra de ceremonias de un circo de suicidas, man» y que no me pudo avisar antes, porque estaba demasiado colocada) pero no pierdo el tono neutral de mi tímida voz
IN: Ah, no pude ir porque… estaba enfermo. Y, ¿cómo estuvo el concierto?
LuNa: Y bueno, tuvo sus momentos, sentía que los estaba perdiendo, así que tomé una salida fácil y dije: Ok, toquemos un cover del viejo Zepp y nos lanzamos con That’s the way; pero el público parecía de cera, derritiéndose cada vez más. Estalle en furia y tocamos X (incluida en el nuevo disco) el publico se subió a nuestro tren, fue un viaje alucinante a partir de esa frialdad destruida, un clímax eterno (sonríe).
IN: ¿Se puede decir que te reconciliaste con la ciudad?
LuNa: Ni si, ni no. Lo de ayer fue una ruptura en el tiempo, no creo que se vuelva a repetir. No le debo nada a esta ciudad, ni ella a mí.
IN: Nunca quedó claro el porqué del incidente de la bandera incendiada
LuNa: Sentí que era el momento de poner las cosas en su justo lugar, mira yo no soy una extraña, pase mi infancia y juventud aquí; en cierta forma me gané el derecho prenderle fuego.
IN: Supongo que la gente también se ganó el derecho de destrozar tu equipo de sonido
LuNa: Obviamente
IN: ¿Y que te motivó a regresar 9 años después?
LuNa: (Da una fumada larga a su cigarrillo y exhala todo el humo, mientras me mira fijamente) Quería ver si la calle donde vivía ya estaba asfaltada.
IN: ¿Y?
LuNa: Aún no lo está
Existe un silencio incomodo que ella no está dispuesta a romper, me apresuro por continuar la entrevista
IN: Desde esa vez se te considera una chica problema, ya que hace poco surgió el incidente en Inglaterra (En Londres fue detenida, al encontrarla acostada en una avenida principal, al ser revisada se le encontraron varios cigarrillos de marihuana)
LuNa: Ah, todo el mundo pensó que todo eso se debió a que estaba pasada en hierba; pero no fue así, esos cigarrillos estaban en mi bolso mucho tiempo sin ser tocados. El motivo por el que me derrumbé en el piso fue por eso, por un derrumbe emocional, sentí que las cosas no andaban bien, que el hilo que me mantenía erguida fue cortado, entonces no tenía más opción que caer.
IN: ¿Fue un intento de suicidio?
LuNa: ¿Tienes que llamarlo así y arruinarlo todo? No quería morir, simplemente me deje caer, eso es todo. Amo la vida, de eso estoy convencida. Tengo una banda de rock, desafinada tal vez, pero banda de rock al fin. Y eso, es mucho mejor que cualquier cubículo de oficina.
Lucía se levanta, se sirve un vaso de soda y vuelve con su guitarra, toca algunos acordes mientras me mira.
IN: ¿Cuál es el balance que haces de la gira?
LuNa: Mmm tuvo de todo, periodistas buenos, periodistas malos (sonríe sarcásticamente)
IN: (Soy el Sr cara de tomate) Me dijeron que en Dinamarca, Bono de U2 estuvo entre los asistentes
LuNa: Ah si
IN: ¿Como te sentiste al tenerlo como público? ¿Te fue a felicitar después del concierto?
LuNa: Si, estuvo un rato con nosotros, dijo que el show lo había conmovido demasiado, que le gustó la letra de «Muerte, Mujer y Luz». La banda estuvo compartiendo algunas opiniones con él, creo que Nico (baterista) fue el que mejor onda tuvo con él.
IN: Hablas como si tú no estuvieras contenta con su visita
LuNa: Claro que lo estoy, no todos los días se tiene a Bono a tu lado, pero más allá del respeto que se merece por llenar estadios y gastar una fortuna en escenografía, no puedo mostrarme más simpática con él. Lo que quiero decir, es que él no está en mi Olimpo (risas)
IN: Vamos, no todas las bandas tienen ese espectador de lujo.
LuNa: Y bueno, para algo se hicieron los colores. Bono no existís (risas)
IN: Leí en algunas revistas que se te criticaba por la poca producción de tus shows en vivo
LuNa: Oh si, yo también leí algo parecido y me vale un carajo ¿sabes? No necesito tanta parafernalia para cantar «Parque luna» o «Cenital», eso está bien para una bandita de glam rock. Estoy feliz por como van las cosas, por no haber seguido el ciclo de vida de la sociedad, tener un empleo, hacer carrera, salir profesional, para que años más tarde cuando tengas el cabello bien recortado y la corbata bien puesta, puedas mirar a un miserable y le digas «yo empecé igual que tú». Final