El tiempo se vistió de su peor cara y deslució, el domingo 4 de Noviembre, el acto cumbre de las jornadas lúdicas y gastronómicas Dera Mongetada. Solamente deslució porque a los asistentes a la «judiada» no les importó la lluvia ni el día gris. La organización de las jornadas, realizada por el Gremí d’Ostalaría dera Val d’Aran, habían previsto el cambiante otoño aranés y todo discurrió conforme a lo esperado.
Los tiempos son duros para cualquier actividad y quizá la turística sea una de las que más sufren la maldita crisis, por esa razón, es necesario agudizar la varita de la imaginación y al Gremio de Hosteleria del Valle de Aran no le falta, ni siquiera el entusiasmo, imprescindible para abonar la iniciativa.
Uno de los tesoros de la tierra de estos valles pirenaicos de orientación atlántica son las mongetas. Las alubias, que desde tiempo inmemorial han aportado a la dieta su incontestable cantidad de hidratos de carbono y calorías. En Aran, al igual que en otras zonas montañosas, las leguminosas han alimentado a los recios ganaderos y campesinos pero las nuevas formas de vida las han relegado a meras plantaciones hortelanas perdiéndose con ello toda una cultura culinaria. Desde ayer domingo, las mongetas de Bossost van a figurar con méritos propios en las principales cartas de los restaurantes araneses, sin complejos ante otras parientes como las fabes asturianas, alubias de Tolosa, judiones de La Granja o boliches de Embún. Para ello hacia falta una decidida apuesta de los cocineros locales, que con la complicidad de famosos chefs barceloneses, han puesto de largo otra vez este humilde alimento, capaz de texturas y sabor inimitable.
En Garos, preciosa población del Alt Aran, el ayuntamiento prestó su decidida colaboración al igual que el Consell General de Aran. Los restaurantes Eth Restilhé de Garós y Era Lucana de Vielha convocaron a los colegas y el Gremio de Hostelería administró todos los ingredientes. El resultado, un acto con aforo limitado, perfectamente servido y atendido por un eficaz pelotón de camareros, bajo una carpa acondicionada y con unos fogones que cocinaron las mongetas con toda la imaginación que necesitan. A parte de los dos conocidos restaurantes araneses citados, se sumaron dos pesos pesados de la gastronomía catalana. Por un lado el icónico El Quim de la Boquería, considerado el mejor cocinero de mercado del mundo. Por otro, Angel Pascual del restaurante LluÁ§anés (1ª Michelin) del grupo Barceloneta Cuina, formado por seis restaurantes, exponentes de la mejor tradición hostelera de la Barceloneta junto con la OAPC (Organización de armadores y pescadores de Cataluña). Los dos presentaban sus recetas, El Quim, con un «platillo» de mongetas, boletus edulis, senderuelas y verduras, todo aderezado con el sabio toque del huevo crudo que debe mezclarse debidamente para conseguir una mezcla sabrosa y sin estridencias pero con el sabor de la alubia potenciado. Angel Pascual nos trajo su «mar y montaña» en el que las humildes mongetas estaban cocinadas en un fumet de pescado, espuma de salsa americana y unas espectaculares gambas rojas que vienen avaladas por la denominación Peix BCN de la Lonja del Pescado de Barcelona. Sensacional receta para el que gusta de sabores marineros sin olvidar la tierra firme. Por el Gremí, Emili CalÁ§ada de Era Lucana, abandonaba por una buena causa sus Jornadas de la Caza y conjuntamente con Emili Sanllehy del Restilhé y otros cocineros autóctonos, prepararon unas mongetas con costilla de cordero y crujiente de lechal del valle que consiguieron poner a prueba la resistencia de los asistentes, que ya venían ocupados en las dos recetas anteriormente descritas. Para final un postre de yogur y arándanos delicioso y un café expreso cortesía de Illy. Todo regado con vinos de la bodega Costers del Sió de Balaguer y con la cerveza Cruz Campo gran reserva.
Esta espléndida mongetada fue el acto culminante de unas Jornadas, los días del 2 al 4 de Noviembre, que recogieron en su programación desde rutas guiadas a rincones del Valle, a conciertos musicales, actividades agrícolas en torno a la alubia y demostraciones tradicionales y culturales. Los medios de comunicación se hicieron eco con la presencia de las cámaras de televisión y diversos periódicos como el Librepensador.
No deberíamos perder de vista la labor de promoción turística del Valle habida cuenta de la deficiente manera de vender lo nuestro en Aragón. Al mundo de la nieve hay que apoyarlo con iniciativas como la vivida ayer, rescatando la propia cultura y la etnología que la sustenta. Pequeños sucesos que conquistan al público.
A eso se le llama cuidar al turismo. La crisis no va ha mejorar si no le planta cara. Los araneses lo saben y no descansan.
fotos E.Mateo