Si analizamos las similitudes y diferencias entre hombres y mujeres, creo que surgen muchas más discrepancias que aspectos en común entre nosotras y vosotros …
Y es que los hombres tienen una forma de analizar, enfocar y vivir la vida, muy diferente a las mujeres.
Sin ir más lejos, nosotras, por regla general, nos cuidamos mucho más, necesitamos más cachivaches para estar perfectas, solemos ser más pulcras con la limpieza, tenemos más facilidad a la hora de combinar colores, frente a vosotros, que soléis tener más fuerza física, por lo general, más templanza emocional y un instinto más protector que nosotras.
Pero el fin de este artículo no es alabar las habilidades de un género u otro. El único fin es reflexionar sobre las quejas del 80% de los varones, poniéndonos en su piel.
Tras varias conversaciones con hombres entre veinticinco y cuarenta y cinco años, llego a la conclusión de que para ellos hay varios tipos de mujeres: la insolente, la indecisa, la sangrante, como la definió P.S, la que va de madre, la ‘más mejor’ amiga intocable, la normal (pocos comentáis esta clase) y por último, y más peligrosa, la «mujer fatal» . La verdad es que, según me comentaban experiencias, tenía la sensación de estar escuchando un culebrón del cual conocía a los personajes… y he de reconocer que me reí mucho con cada una de las historias.
Pero, según la mayoría, la peor suerte que puede tener un hombre es que te ‘toque’ la temible ‘pesada’; esa mujer que no te deja ni respirar, que sigue tus pasos, que no te deja tener vida y, lo que es peor, que investiga hasta qué marca de ropa interior es la que utilizas… Y es que en los 90, las excusas para este tipo de ‘individuas’ eran varias: no coger el teléfono de casa, que tu madre comentase que no estabas… pero a partir del 2000 , con la proliferación de los móviles, las excusas cambiaron y pasaron por no cogerlo, decir que estabas sin batería o cobertura, o que te lo habías dejado en casa de tu amigo ‘zutanito’ o, por qué no, que se te había caído al váter y estaba mojado y no se encendía…
Pero hoy en día, el sector masculino lo tiene muy pero que muy difícil, ya que la ‘pesada’ puede campar a sus anchas por las redes, mandando mil correos diarios, comentando todas tus fotos, mandando decenas de WhatsApp, controlando tus horas de conexión… y toda clase de métodos que solo ella sabe. Ya que la ‘pesada’ no agotará nunca sus artimañas para saber de ti.
Y como señala P.B, es que la pesada puede ser que incluso no sea tu novia, puede ser esa con la que te liaste una noche con tres copas de más, esa que te presentó tu amiga en un garito o la que conociste por Internet a través de páginas de contactos y que cuando viste en persona te echaste las manos a la cabeza (pero de esto ya trataremos más adelante), esa «señorita» que te agregó a Facebook y no para de escribir en tu muro, que siempre está conectada al Messenger al acecho de que aparezcas, sí, esa que consiguió tu teléfono y no para de mandarte sms, que cambia su ruta los fines de semana con el fin de hacerse la encontradiza… ¡Ufff que agobio!
La verdad, es que me resulta más que divertido, pero entiendo que para vosotros debe ser una odisea que alguien te controle más y peor que tu propia madre, que te sientas observado de sol a sombra y que sin comerlo ni beberlo tengas miedo en el cuerpo ante una «loca de amor», por no llamarla obsesionada.
Como consejo final, y tal y como repetiría mi madre: «Más vale una vez roja, que ciento amarillas». Así que, échale valor y dile lo que piensas, dile que te deje en paz, que eres pajarillo libre, dile que no te interesa, que necesitas tu espacio, que apenas la conoces y que tú tienes tu vida… Ten narices y díselo, ya que si entras en su juego, ya sea por educación o por falta de coraje, serás tan culpable como ella… y será entonces cuando no debas quejarte. ¿No te has planteado que quizá te quejas y en el fondo te gusta que alimenten tu ego? Sinceramente, no lo sé… y yo tampoco os entiendo…
Ahh, y no os creáis que os habéis librado, el siguiente, las clases de chicos: ¿ Eres un golfo … que te aguante tu madre!!!… Ahí lo dejo.