Cultura

Ernesto Castillo: joven sobradamente preparado

CARTEL 2013 baja

Nacido en Sevilla hace poco más de 22 años, de padres que le enseñaron una educación pura y digna de ser alabada, a mitad de camino entre su ciudad natal y las Islas Afortunadas, sin poder decidir claramente qué sitio prefiere. Hombre al que no le gusta recibir alabanzas si no es en grupo.

Así es Ernesto Castillo, el autor del Cartel de Domingo de Ramos presentado por la Real Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y María Santísima de la Amargura.

Pocas son las palabras que se pueden decir de este hombre. He tenido la suerte, y la sigo teniendo, de haber trabajado con él en diferentes proyectos y, aunque le doblo en edad, él me dobla en el resto de aspectos de la vida. Más en el tema que domina: la fotografía.

Su padre, Domingo, lo define como una persona emprendedora e inquieta. Yo lo definiría, en mi lenguaje un tanto burdo pero entendible, como una persona «de puta madre«, y perdón por la expresión.

Su predilección es el tema sacro; y su pasión, la Semana Santa, en todos sus aspectos, porque incluso le gusta hacer sus pinitos y colaborar como portador de pasos.

Ernesto Castillo

Ernesto Castillo

Ese era el único problema que le generaba su desplazamiento a Santa Cruz de Tenerife, donde tiene familiares por parte de padre. Pero es curioso la de vueltas que la da la vida,  y lo pequeño que es este mundo. Desplazarse a las Islas Afortunadas era dejar de lado la Semana Santa sevillana…

Pero es allí donde oye hablar de una banda de música, la Agrupación Musical Jesús de la Sentencia, donde conociendo los problemillas que dicha agrupación tenía, decide dar un paso adelante y echar una mano de una manera activa, y cuyo resultado, al cabo de un arduo sinvivir diario, da sus frutos, y algunos de esos problemillas se solucionan.

Me comenta en charla privada: «Empecé a trabajar con la hermandad porque desde el principio me percaté de que era una hermandad especial aquí en La Laguna. Las hermandades de aquí son muy solemnes, con los pasos portados a ruedas, pero esta hermandad sigue una linea sevillana, tanto en los pasos (estética, forma de llevarlos, etc… ) como en hermandad (piensan como las hermandades de Sevilla, y trabajan todo el año, además de hacer obras sociales )».

En su manera de ser y buscando ayudar desinteresadamente (sí aun queda gente así) me cuenta: «dándole vueltas a la cabeza, para ver de qué forma podría aportar yo a la hermandad,  decidí que qué mejor forma que regalándoles a los titulares una sesión de fotos, ya que yo me dedico a ello, y siempre me han dicho que no tenían muchas fotos de ellos».

Y su regalo a la Hermandad en estas últimas navidades fue esa sesión de fotos que realizó. Donde Ernesto, al ver la recepción de esas fotos, al ver las sonrisas de esas personas a las que  nunca nadie ayudó, se sintió realmente satisfecho de que su trabajo gustase. Á‰l lo define como «experiencia muy agradable con la gente y con las imágenes, y ver el mimo y el cariño con que las cuidan, que era lo que más me motivaba». 

Del resultado de ese gran y desinteresado trabajo, la Hermandad le propone hacer el cartel con alguna de esas fotos, o incluso hacer una composición de la imágenes con la del Cristo y de la Virgen. Pero como su humildad dictaba, no podía aceptar por no considerarse un fotógrafo de ‘altos vuelos’. Pero una vez en casa, y visionando de nuevo su trabajo, «me fui enamorando de las fotos» y decidió por su cuenta, previa consulta, hacer unas estampitas con las fotos, como las que se reparten en Sevilla, y las regaló a la Hermandad con la condición de que todo el beneficio que ello reportara recayera íntegramente sobre la propia Hermandad.  En esa misma reunión, sin que nadie le dijera nada y sin que nadie supiera nada, presentó el boceto del cartel anteriormente pedido.

El éxito entre los allí presentes fue rotundo, las estampitas se vendieron con una rapidez pasmosa y el cartel ya luce en muchos sitios emblemáticos de La Laguna.

Para acabar, Ernesto me pidió unas palabras, que transcribo íntegras de su boca: «Te agradecería de corazón que pusieras de mi parte unas palabras de agradecimiento hacia la hermandad en general, y a la banda… Porque yo me siento muy sevillano, y echo de menos a mi tierra… y a lo que más me gusta, la semana santa. Y gracias a estos dos colectivos, y al de los costaleros del señor, he podido seguir viviendo mi gran pasión, tanto o más como lo hacía en Sevilla… y siempre me han acogido con los brazos abiertos y se han arriesgado a seguir alguno de mis humildes consejos, por lo poco que conozco de este mundo. Sé esto es una experiencia, que como todas… pasarán, pero que no se me va a olvidar nunca, y que a todos ellos los voy a llevar siempre conmigo. Son todos gente buena, y sé que con el cariño, el mimo, y las ganas de luchar y trabajar por salir adelante van a llegar muy lejos, de eso estoy seguro, y me siento la persona más orgullosa del mundo por poder decir que estoy con ellos, y que cada día soy feliz porque me llevan a mi tierra, y a lo que verdaderamente me gusta».

Domingo, creo que puedes sentirte orgulloso de tu hijo. Un abrazo

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.