…Qué curioso, no?
Otros años por estas fechas teníamos que lamentar cientos de hectáreas quemadas, pérdidas inasumibles de riqueza forestal, así que..
¿Qué pasa este año?
No es posible que los servicios contraincendios se están luciendo; seguimos teniendo la misma desorganización lamentable de autonomías de uno y otro signo, descoordinadas y con empresas privadas adjudicadas a dedo haciendo subcontratas tras subcontratas…
…Y sin embargo, España no arde.
…Y es raro que no haya salido nadie a colgarse esa medalla, prontos y raudos como suelen estar los políticos para ponerse medallas; aunque quizás sea pronto todavía. No sea que tras fardar, el destino tenga el mal gusto de llevarse a algún otro inocente y se tenga uno que liar el petate.
Uno, que empieza a ser viejales, se malicia que es que no hay parcelas a urbanizar, broza que despejar, pinares devenibles en malezas que adquieren, a los ojos del recalificante local, categoría de piazo que rastrojar.
Y recuerda lo pasado en Galicia, cuando el cambio del longevo gobierno se palpaba en el ambiente, desatascando expedientes, cambiando funcionarios, reordenando los espacios según los colores de sus propietarios.
Que fue de aquellos bosques, que tiznaron las rías de negro, hasta matar molusco y famelizar rianxeiras.
Una cosa buena tiene la crisis, este año el campo respira.
¿Hasta cuando?
¿Quizá Nunca Mais?
