Exposición Pepe Carretero. Ateneo de Madrid. 26 junio – 17 julio.
Horario: de 17:00 a 21:00 de lunes a sábado
Dirección: C/Prado, 19
La obra pictórica de Pepe Carretero expuesta en el Ateneo de Madrid del 26 de junio al 17 de julio parece estructurarse en cuatro momentos diarios: vida diurna (familiar); vida nocturna (sexual); vida onírica; e intermedios (bodegones).
La primera estaría compuesta por cuadros como:
«La bienvenida».
«El almuerzo».
«La siesta».
«La cena».
«Nocturno»…
Parecen fotografías, momentos de una historia casera, aparentemente podría incluso ser autobiográfica. El hogar español con su pareja de la tercera edad y un ¿hijo? en edad madura se abre a nuestros ojos con sus platos, sus comidas mediterráneas, su perro, sus cuadros de paisajes en las paredes…
Hay una ausencia de gestos, de miradas directas al espectador salvo en «La bienvenida» (aunque esa mirada está dirigida al que llega, no al público del cuadro, y a su vez se complica por un segundo retrato de líneas rojas superpuesto al primero) y en «Nocturno». Los personajes duermen o comen, se abstraen, no hay conversación entre ellos, y un cierto silencio melancólico o ausente se apodera de la atmósfera.
El estilo es obviamente figurativo pero también contemporáneo en un tratamiento plano de los colores, que siguen una líneas de dibujo bien marcadas y definidas, que mandan en la composición, estén físicamente allí con trazos negros o no. Todo ello ayuda a una cierta congelación del momento algo irreal, ajeno a la propia escena silenciosa pero que la condiciona. A destacar el personaje cuyo busto aparece solo dibujado por unas líneas negras de contorno (y por tanto transparente) en «El almuerzo», que sería el hijo de la pareja mayor que protagoniza el lienzo. En el plato de ese personaje solo esbozado parece quedar únicamente la mancha de la comida: el personaje se hab y ha quedado una huella en la foto, líneas de lo que antes era una presencia tridimensional.
«Balcón con paloma» es un bello paréntesis que enlaza esa vida familiar con los bodegones o intermedios que alternan entre las otras tres series pero que no interrumpen, en ningún momento aquella de la que hablaremos al final: la vida nocturna.
Bodegones de flores, granadas, piñas, cosas encontradas en la playa…
La siguiente serie abarca el mundo onírico:
Serie de sueños: «Sueño con Mayte», «Sueño con Richard», «Sueño con jeringas»… En «Sueño de la persecución» un hombre adulto, desnudo, parece estar solo frente a la mirada de otro en un baño de lo que podrían ser los vestuarios de una piscina. Sueña el personaje que le persiguen, porque lo teme o porque lo desea? En esta serie destaca, a veces, la presencia de las palabras que explican a la vez que subrayan el surrealismo de lo onírico. «LA MEJOR FORMA DE ENTERRAR A UN ABUELO» se puede leer en «Sueño con Adela y Javi» donde, dentro de un casco de motorista se encuentra una calavera – suponemos que de ese abuelo-; singular conjunto o simbiosis de objetos que observan con parsimonia una pareja -suponemos que Adela y Javi.
«El autobús», «El vagón-Ida», «El vagón-retorno». Magnífica captación de ambientes con un pincel realista que destaca en el primero de ellos con precisión que no abandona ese estilo de líneas protagonistas del pintor que se atenúa ligeramente para dar paso a una mayor fidelidad con la realidad. El vacío del autobús más que inquietar se afirma. Podría pensarse que en estos medios de transporte tan públicos nos lleva Pepe Carretero a la parte más privada de todos esos momentos del día / de la vida:
La serie «nocturna» o «erótica»: «Sueño», «Escena», «2005», «Sin título» (que parece «no atreverse a decir su nombre») o «Desnudo». El momento sexual es explícito y sobresale la valentía del autor al representar el contacto con los genitales entre los personajes, como sucede en el bellísimo «Sin título» (retrato destacable de párpados imposibles y atractivos del personaje en plena acción). No por ausencia de contacto físico resultan menos evidentes el resto, quizá el que más ese «Desnudo» del hombre que se ofrece sobre la mesa sin mirar a quien espera, sino con la mirada ya en el placer que ha de venir. Dos de ellos parecen hablar de otras historias que complementan el momento erótico: «2005» pienso que nos cuenta la infidelidad de un personaje que mantiene dos relaciones simultáneas, y aunque sus parejas aparecen ambos en la cama, están ajenos, puede que porque solo estén en su mente, pues su mano sostiene un calendario (collage) con fechas marcadas: los días en los que ha de encontrarse con cada uno ellos? Por último en «Sueño», una mujer que está acostada en una tumbona, con cara algo enfermiza o preocupada, cree ver hombres desnudos apenas sin rostro o con rasgos imposibles de identificar y nos hace pensar en los miedos de una madre sobre la sexualidad de un hijo homosexual.
Exposición vibrante, narrativa, sugerente, compleja y sincera de un autor que mezcla la pintura con el cuento para asombrarnos con su doble lenguaje.