¿Cómo se puede estar más de 20 años haciendo lo mismo y seguir gustando? Con talento, con puro talento, y el dúo cómico Faemino y Cansado son el vivo ejemplo de ello, como bien mostraron en su actuación de ayer en Salamanca, que repetirán en la noche de hoy.
A través de sus personajes más habituales y haciendo del absurdo inteligente su hilo narrativo, el dúo hizo las delicias de un abarrotado Centro de las Artes Escénicas y la Música que no paró de reír durante la hora y media que duró el espectáculo.
Amigos de toda la vida y cómicos sobrevenidos ambos se complementan a la perfección. Javier Cansado utiliza la palabra y el enredo lingÁ¼istico como vis cómica mientras que Faemino, Carlos para los amigos, recuerda a los payasos más entrañables de nuestras vidas y les da una vuelta de tuerca hacia el exceso más gamberro. Uno, el primero, hilvana la actuación, otro, el segundo, aporta los cortes cómicos.
El humor como forma de vida y como forma de ganarse la vida, sin ambiciones espurias ni delirios de grandeza, ambos han sabido encontrar su lugar juntos y por separado, compartiendo y divergiendo en una relación enriquecedora para ellos, para su espectáculo y para sus espectadores.
Mantienen la misma frescura que en sus primeras actuaciones televisivas, donde les conocimos, y no han olvidado sus tiempos de artistas callejeros, donde ellos se conocieron a sí mismos, sumando, que no restando, su experiencia vital en un río de ida y vuelta, hacia la montaña de la inspiración y hacia el valle del humor.
En tiempos de monologuistas al uso y cuentachistes desgraciadamente recuperados, el humor inteligente, cómplice con el espectador y respetuoso con su dignidad, sigue gustando a pesar de que ya cada vez menos cómicos se atrevan a llevarlo a cabo, tal vez Godoy, y pocos más.
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