Cultura

Fantasía, sí, pero de calidad

Si bien, en los adultos y en los jóvenes, la literatura fantástica requiere de un esfuerzo mayor que la literatura realista, no deja de ser importante para refrescar o desarrollar la imaginación. Pero este esfuerzo se debe a que, lógicamente, vivimos en un mundo, aunque a algunos les parezca a veces lo contrario, real, visible, palpable. Y la imaginación, a la hora de leer un libro de este género, cuesta quizá un poco. Básicamente leerlo; seguir el hilo conductor de la historia; no perderse o aburrirse cuando saltan las alarmas de lo absurdo o del sinsentido. Porque la literatura fantástica a veces es, valga la redundancia, demasiado fantástica. Y creo que para que no decaiga en calidad, debería ambientarse en escenarios realistas, como magistralmente lo hacían Jorge Luis Borges, Franz Kafka, Hans Christian Andersen, entre otros. De ese modo, nos dejamos llevar por la impronta literaria del género, seguimos con los pies en la tierra. Pero a no todo el mundo le cuesta seguir la literatura fantástica. Este género tiene muchísimos seguidores; solo hay que mirar las estadísticas de ventas de «El Señor de los anillos», de J. R. R. Tolkien y de «Harry Potter», de J.K. Rowling (curiosamente estos dos autores han sustituido sus nombres por sus siglas) para darnos cuenta que la literatura fantástica está más vigente que nunca. Aunque estos dos últimos títulos, a pesar de ser exitosos entre el público infantil y juvenil, no son libros de texto en las escuelas. Sin embargo, debemos reconocer que fomentan la lectura en los niños y jóvenes. No obstante, la calidad de sus contenidos son más que discutibles. Sobre este aspecto, entonces, habrá, pues, que seleccionar los mejores títulos en idioma español u otros idiomas para que desde tempranas edades se lea con total naturalidad.

A veces tenemos la impresión de que la literatura fantástica es irrelevante, que no aprenderemos nada de ella, porque su cosmovisión está en el ámbito de lo irreal o del arrealismo. Pero la literatura fantástica tiene una relevancia superior a lo que pensamos. Y no cultivamos su lectura porque creemos erróneamente que, como adultos, ya pasaron esas épocas donde nuestro cerebro primario recién se estaba formando y necesitábamos de esas fantasías para crecer, o que estamos obligados, como adultos pensantes, a leer solo libros de temática realista. Esto último quizá tenga más sustento racional, pero no del todo: lo mejor es hacer variadas nuestras lecturas. Siempre podremos sacar el máximo provecho de un libro si los géneros literarios que leemos son más variados. Además, leer distintos géneros literarios de los habituales, siempre estimulará nuestro complejo cerebro. Y, así, como los niños, los adultos también deberíamos estimular, por medio de la lectura de varios géneros literarios, nuestra inteligencia. Sé que es un reto, porque cambiar lo habitual siempre requerirá un esfuerzo, pero merece la pena intentarlo.

 

 

 

 

*La imagen fue obtenida de google.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.