Empiezo por desear Feliz Año Nuevo a todos los ciudadanos indios que me leen, que serán pocos, y a los que no me leen, cosas del idioma, me engaño, porque en estos días se celebra en la India, y en millones de comunidades indias desperdigadas por medio mundo, la festividad de Diwali, fiesta de luz y de color, y que sirve para conmemorar el fin de año según el calendario indio.
Y lo hago con fuerza, por razones obvias, pero por otras no tan obvias, enmarcadas en el chovinismo español, que solemos achacar a Francia, pero que bien nos podríamos apropiar sin ningún demérito por nuestra parte. Porque una cosa es el orgullo patrio, la pasión por las tradiciones nacionales, y otra muy distinta es el desprecio por las ajenas, y el desconocimiento voluntario es una forma de desprecio.
España, como país receptor de inmigrantes tiene una cuenta pendiente con el aprendizaje de las culturas que le vienen, y es que la adaptación es una calle de doble sentido, no de sentido único, se tienen que adaptar los que vienen, pero también nos tenemos que adaptar los que estamos, para conseguir entre todos una sociedad mejor, aprendiendo los unos de los otros, porque todos los pueblos, todas las culturas y todas las tradiciones tienen sus aspectos positivos y sus contrapuntos deleznables.
Enciendo, por tanto, una luz en conmemoración de Diwali y te invito a que dejes de lado la visita del Papa, el máximo exponente de la exclusión, para que te unas al movimiento imparable de la hermandad entre seres humanos, al movimiento de la humanidad, que incluye sin excluir, y escucha antes de opinar.
Happy Diwali, Feliz Año Nuevo.