García Márquez es un tipo que ha demostrado que hay vida en otros mundos. Tiene la virtud de habernos trastornado con esas historias que ahora no sabemos si somos de este mundo o del mundo que García Márquez ha creado: Macondo.
Y Macondo es el territorio de nosotros, envueltos todos los momentos que van pasando entre el enredo y la risa de García Márquez. El fue creando y recreando la multitud de mundos, submundos y personajes encajados en tiempos, no increíbles, sino in-creíbles.
Y ahora dicen que GABO ha terminado su vida terrenal, pero hay fantasmas que nos hablan y han cambiado por otras vidas y es probable que García Márquez solo sea una mentira para dejar que creamos que el mundo existe más allá de Macondo. Pues es un tipo que ha jugado con nuestra imaginación, con nuestro cerebro y nuestros actos. ¿De dónde han salido esos cien años de putas, guerras y domingos de parranda? De nosotros no. Como un mago haciendo hielo en el trópico o llevando barcos a las aldeas sin costas, nos ha llevado a todos, vagando por su universo que nadie sabe dónde termina. En abril de 2014 no ha terminado GABO, comienza la historia de todos los investigadores y literatos para encontrarle sentido a esos multiversos con muchas dimensiones, humanas, tan humanas que los niños entienden y que los adultos ni siquiera tocamos el principio ni visualizamos el fin.
Total, Gabriel García Márquez, es Macondo, el Mago, el Multiverso, el espejo contra el espejo, y por ahí anda, jugando con nuestras emociones, pues todo el mundo al parecer cree que GABO se ha ido, pero si revisamos el mundo, los que hemos desaparecido somos nosotros, él sigue siendo el virtuoso hacedor de historias donde estamos viviendo un sueño que no es nuestro sino de él, el virtuoso creador de multiversos.