Sociopolítica

Grietas en el camino

Los adolescentes tienen que convivir con «nuevos riesgos» para los que no están preparados en muchas ocasiones: el sexo sin precauciones, los accidentes de tráfico, la violencia o el suicidio. Más de dos millones y medio de personas mueren cada año por estas causas.

Más de dos millones y medio de personas jóvenes mueren cada año, según un estudio realizado por George Patton (Hospital Royal Children de Melbourne) y Russel Viner (University College de Londres) y apoyado desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) que trata de explicar las causas de la muerte entre los jóvenes. Hoy, en el mundo, viven más de 1.800 millones de personas con entre 10 y 24 años de edad. Lo que supone que un 30% de la población mundial se encuentra en esta etapa fundamental en el aprendizaje para el desarrollo de la persona y una etapa especialmente saludable.

«Los jóvenes se encuentran entre la niñez y la edad adulta, en el umbral de convertirse miembros productivos de la sociedad. Sin embargo, a menudo caen entre las grietas», denuncia Daisy Mafubelu, Subdirectora de la OMS de la Familia y la Comunidad. Grietas de muy diversa índole pero que tienen que ver con las desigualdades de género y de riqueza. Tan sólo un 3% de las muertes de jóvenes en el planeta se producen en los países ricos y más de un tercio se registraron en el África subsahariana y el sudeste asiático.

La adolescencia es un periodo en el que surgen nuevos riesgos para la salud que pueden poner en riesgo la vida de los jóvenes. En esta etapa se descubre el sexo y se alcanza una madurez sexual, lo que conlleva a estar expuesto a situaciones de riesgo de infecciones o de enfermedades como la Hepatitis B o el VIH. Para las mujeres jóvenes, la maternidad es uno de los momentos de mayor riesgo. De hecho, las enfermedades relacionadas con la maternidad son la principal causa de muerte entre las mujeres jóvenes.

En el caso de los varones, la violencia de las guerras, los suicidios y los accidentes de tráfico son las causas que siegan más vidas.

El estudio también revela que el 75% de las muertes que se producen en la juventud se pueden prevenir con políticas de desarrollo de la salud y con programas de prevención eficaces. Desde la OMS recomiendan promover acciones que lleven a comportamientos sin riesgos. Proponen que la salud sexual y reproductiva mejore con una educación sexual adecuada, un mejor acceso a métodos anticonceptivos, una mejor asistencia prenatal y materna y acceso a un aborto seguro. De ahí, la importancia de sumar fuerzas para conseguir el reto de los Objetivos del Milenio (ODM).

La violencia y los suicidios, explican desde la OMS, se pueden prevenir dando a los jóvenes la posibilidad de recibir educación y formarse para ganarse la vida en el futuro. Además, dar a los jóvenes una serie de valores donde la violencia y las armas no sean una opción para resolver problemas.

Los accidentes de tráfico son una lucha constante para los Gobiernos de los países del Norte. Límites de velocidad, legislaciones cada vez más duras para los conductores que no cumplen con los límites de alcoholemia o de velocidad, educación vial… Pero también mejoras en la seguridad de los vehículos. Sin embargo, las cifras de muertes en carretera siguen siendo altas.

Los jóvenes son los adultos del mañana. Una juventud formada y educada, con posibilidades de tener un futuro, con sentido de la responsabilidad y valores de solidaridad y comunidad… es la juventud que ayudará a que el planeta sea un lugar para todos. Y ésta es la responsabilidad de «los mayores»; de las familias, de los gobiernos y de las instituciones. Para ayudar a que salten las grietas de su camino.

Ana Muñoz Álvarez
Periodista

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.