por Roberto Carlos Miras
“¿Cómo el periodista pudo llegar allí?, ¿cómo pudo hacer su trabajo y transmitirlo? Y luego otra; ¿que hacían allí los franceses y los ingleses en Fort Said …?, ¿ y por que los israelíes habían invadido el Sinai? Así me respondía el Maestro de periodistas, Enrique Meneses, cuando le pregunté si había visto muchas veces, ese detrás de la noticia. Leemos su autobiografía, “Hasta aquí hemos llegado” y da la impresión de que iba por delante de muchas cosas. El hombre que quiso hacer este libro- me explica-, es Eduardo Riestra, propietario de Ediciones del Viento en A Coruña. Y como no podía ser de otra manera, dejamos que sea el propio Meneses el que hable esta vez.
Ahora estoy con dieciséis horas de oxigeno diarias, ya no puedo viajar, mi último reportaje fue Sarajevo. Estuve en el sitio de Sarajevo, cuando estábamos rodeados de Serbios y había que correr para cruzar la avenida de los francotiradores, por que te disparaban desde las colinas vecinas, y todos mis compañeros, me decían: te van a dar, te van a dar, como no corras te dan. Yo decía, no mira, lo que puede ocurrir es que piensen que soy el idiota del pueblo y no tiene ningún merito darle al idiota del pueblo y así estuve, pero ya me di cuenta de que aquel era mi último reportaje. Estoy escribiendo sobre aquellos acontecimientos que son actualidad ahora, conozco Irak, conozco un centenar de países y he estado en muchas situaciones y en el nacimiento de muchas cosas, entonces, puedo opinar sobre lo que creo que va a suceder, después de la muerte de Castro, o puedo comentar en que avispero se metió el señor Bush, tras lo de Irak, sobre esto ya escribí, mira, cuatro meses antes de que invadiese Irak, yo ya estaba diciendo que era su Vietnam. Lo que si estoy en contra es lo que se ha hecho en Dinamarca, no es que nosotros hagamos risas de Cristo, sino que en el Corán te dice: “no reproducir la figura humana” El origen del Islam es en la Meca de un Mahoma que se molesta con la adoración de ídolos que existen la Meca y en Medina. Nosotros no hemos pasado por eso. Representamos a todos los santos en estatuas y en la figura de Cristo, la Ášltima Cena. Los Evangelios no nos prohíben representar la figura humana, para ellos es un precepto. Si nosotros nos reímos muchas veces de Cristo y hacemos chistes sobre san Pedro… Si, si, pero no es igual. No esta el horno para bollos. Al periodista en algunas ocasiones le merece la pena callarse. Algunos reportajes han aguantado el paso del tiempo. Fui el primer periodista que subió a Sierra Maestra en Cuba y descubrí una revolución que tenía entonces ciento veinte hombres y –mira lo que son las cosas-, esa revolución triunfó y ha aguantado cuarenta años. Todo el mundo me conoce más por ese tema que por otros. Comienzan los movimientos de liberación. Este libro que tengo sobre la mesa “África de Cairo a Cabo” lo escribí en el cincuenta y seis y es un recorrido que yo hice desde el Cairo en donde yo vivía hasta ciudad del Cabo, pues era entonces un país independiente, vamos, dominado por los blancos. Mandela se encontraba en la cárcel y el hecho de que Nasser se pusiera a la cabeza de los movimientos anti -imperialistas, junto con Tito Sukarno de Indonesia se llamó el acuerdo de Bandur. Allí se montaron los no alineados que en realidad lo estaban con la URRS. Y entre el año cincuenta y seis y setenta todas las antiguas colonias francesas o portuguesas comenzaron a obtener sus dependencias en África, entonces, eso motivó la imaginación del Che y de los cubanos que consideraban que Estados Unidos estaba demasiado presente en Cuba, en el juego, en la prostitución Además de encontrarse algunos ganstérs famosos italo –americanos. ¿Y en cuanto a lo de Sierra Maestra? Fidel me contaba que lo quería era restablecer la constitución que había sido violada por Batista, quería – o eso decía -, terminar con los burdeles que estaban en manos de los gansters norteamericanos. Pero resulta que todo lo que ha hecho ha sido a la inversa. Actualmente, hay prostitutas que lo son, por una pastilla de jabón o para ducharse con agua caliente con un turista.
Había las mismas prostitutas que podía haber en Madrid o en Barcelona, en Paris o en Varsovia. No ha respetado lo que estaba prometiendo en la Sierra. Conozco un poco la razón y lo cuento en el libro. En la Sierra me encontré con los enviados de Blas Roca que eran los Secretarios Generales del Partido Comunista para ver que les iba a prometer después de la revolución si el Partido Comunista ayudaba. Fidel los mandaba al cuerno, pues les decía: yo no pienso dar nada a nadie. El que quiera ayudar que ayude para que caiga la dictadura de Batista. Muchos se preguntarán: ¿costó mucho ese golpe de Estado? Estoy de acuerdo en que no se deben de dar golpes de Estado ni sucios ni limpios, pero en este caso fue absolutamente limpio. En cuanto al Che Guevara como tenía asma se había
montado un campamento y estaba allí; sin embargo a quién yo seguía era a Fidel Castro, hablaba con él, hasta las cuatro de la madrugada. Me pedía información sobre Egipto, pues me consultaba acerca de la reforma agraria de Nasser, ¿cómo era Egipto y la revolución egipcia? Le decía que el campo no se puede revolucionar, pues no hay nada más conservador que las mujeres y los campesinos. Los hombres somos muy exaltados, todos resultamos muy revolucionarios y organizamos la de Cristo. Las mujeres y el campo es difícil de revolucionar con reformas. Les gusta mucho que las cosas sean como con sus padres o sus abuelos. Actualmente, la imagen del Che ya no esta en las habitaciones de los jóvenes. Ahora los jóvenes lo que quieren en su habitación es el titulo del master que han hecho en Chicago o en Miami. Hay otros personajes, ya no son ni los mismos músicos ni nada. Es lógico que el tiempo cambie. El Che Guevara en aquel momento, era una especie de idea, aparte que la fotografía de Korda lo presenta casi como Cristo, vamos. Es un Cristo, pero resucitado. Hizo muchas tonterías y se marchó de Cuba por que no estaba de acuerdo con la revolución que hizo Fidel. Fidel se dejó en manos de los comunistas después de haber dicho que no quería hacer caso de ellos. Se tiró una semana cruzando la isla después de la victoria y dando besos a los niños y a las mozas que encontraba por el camino y cuando llegó a La Habana el trafico lo dirigía ya el Partido Comunista. Lo que hizo fue antes de que le robasen su revolución se unió a la revolución comunista. En cuanto al Che Guevara siempre estaba defendiendo al comunismo chino y odiaba al comunismo moscovita, tuvo muchas broncas con el embajador soviético en La Habana, diciéndole que les estaba vendiendo material militar que ya era obsoleto y que no le servia a los rusos. Y en cambio el precio que estaba pagando Rusia por el azúcar era inferior a lo que pagaba Estados Unidos antes de la revolución.
Luego hicimos un programa que se llamó “A Toda Plana”. Comenzó en el año 64, pero anteriormente trabajamos en los Reporteros. Hablamos del setenta y tres al setenta y siete. Nos vino un poco esa libertad de hacer lo queríamos. Fuimos a televisión y les decimos que queríamos hacer menos reportajes fuera de España y hablar de los movimientos sociales en las minas de Asturias o hablar del alcalde comunista de Marinaleda se asustaron en televisión y comenzaron a dispersarnos. Cuando tenía dieciocho años, desde la muerte de Manolote no he parado en periodismo. Todo eso está en la parte anecdótica, pues no me voy a poner a contar los mismos reportajes que se publicaron. Esa es mi trastienda, ¿cómo llegamos?, ¿qué personajes he conocido?, ¿qué anécdotas hay detrás de esos personajes? Y cuando aún Rafael Borrás no se encontraba en Planeta, estaba en Ediciones Nauta, vivía Franco, hizo un libro en donde se hacían preguntas a personas, aunque eran casi todos periodistas, entre ellos, estaba yo. Se llamaba “Los que no hicimos la guerra” le gustó mucho lo que escribí para ese libro, luego nos hicimos amigos, pues fui el único que no le pedí dinero por esa colaboración. Después se fue a Planeta y allí nos conocimos mejor. Fueron tantas cosas. Me encargaron Play Boy como director ejecutivo nos encontrábamos dos pisos más abajo que Rafael Borrás, en la calle Córcega en Barcelona. Durante un año desayunamos juntos en la cafetería del Grupo Planeta. ¿Cómo se dirige en aquel momento una revista de la temática de Play Boy? Antes hice Lui que era una especie de Play Boy francés mucho mejor hecha. Era un país ignorante; una España sórdida, digamos en cuestiones sexuales y yo dije: hay que abrir esas ventanas. Todos los pintores de la cultura española han hecho desnudos y no se ha caído el mundo y no nos hemos marchado condenados al infierno. Fui bastante criticado. Era esa España de puedo y no quiero. Tuve con Lui dieciocho procesos, por escándalo público. Cuando veía a los jueces, yo me reía. ¿Tiene algo que alegar? A lo que respondía lo mismo que en el juicio anterior, y así fueron dieciocho veces. La revista está autorizada por una empresa editorial que me ha contratado a mí para dirigirla, y esta revista la conocía muy bien el señor Fraga, pues era una revista de desnudos, cuando dio el permiso poníamos los mismos desnudos que Francia. Luego hicimos en Radio Nacional de España “Los aventureros”. Me encontraba con chicos franceses, alemanes e ingleses, pero españoles ninguno. Hasta en Francia tenían bolsas de beca de aventura. Un magnate francés descubrió minas de fosfatos en Argelia y su fortuna la dedicó para chicos que tuvieran un proyecto, ir al Amazonas, descubrir algo. Y en España nada. Nuestra literatura de viajes estaba muerta. Fuimos los primeros en narrar las aventuras de Hernán Cortes, la conquista de Perú. Luego los que comienzan a hacer viajes por España son los franceses, los alemanes, los ingleses. Siempre he ido un poco a hacer lo que me daba la gana en periodismo. De nuevo publiqué con el franquismo “Seso y Sexo” y no con fotografías eróticas, sino pornográficas, pero firmadas por Rembrandt o Picasso, había una mojigatería impresionante en España. Con el tiempo, sin embargo, en Estados Unidos, están bastante más atrasados que nosotros. Antes se hacían versiones para Estados Unidos a escondidas. Veías una película que no tenía desnudos, pero luego hacían una película con desnudos pues querían que funcionase en el extranjero. Hoy se hacen las versiones más flexibles para otros países que se han quedado más atrás que nosotros. El hablar y el escribir no tiene limites. En el primer número de la revista Lui le hicimos una entrevista a Fraga y a otros políticos él quedo bastante contento. En nuestra revista pasaron nombres como Álvaro de la Iglesia o a José Luis de Vilallonga a quién le hice una entrevista para Lui y como me aburría el sistema pregunta respuesta, pregunta respuesta, hice las preguntas pero a la hora de transcribir la entrevista en la revista me suprimí yo mismo, fui uniendo todas las respuestas de él, con lo cual resultó como una especie de largo monólogo de tres páginas y le gustó mucho al viejo Lara, entonces el viejo Lara llamó a José Mari Armero que era el hombre que había traído a Carrillo a España, después de la muerte de Franco y le preguntó: ¿tú conoces a Meneses? Le dijo, sí. ¿le puedes decir que me escriba una biografía de Vilallonga con el mismo estilo que ha hecho en la revista Lui? Tengo cincuenta horas habladas con Vilallonga, luego nos hemos enfadado y Vilallonga dice: No, Meneses lo único que ha hecho es transcribir. Digo: bueno, o sea que el transcriptor se lleva las cintas, pero que cara más dura tiene Vilallonga, además es un cara de verdad. Hace muchos años que nos conocemos. Es un señor que cuando no tiene posibilidad de contar una cosa, pues se la inventa, como fue la entrevista que le hizo a la actriz italiana Sofía Loren, cuando ella le dijo que no quería hablar de ella, sabia que él iba a empezar por los tiempos en que ella estaba por las calles de Nápoles hecha una gitanilla y él cogió el libro de Curzio Malaparte que se llamaba La Perle que era un libro sobre la invasión de los americanos en la Italia de la guerra y como Curcio Malaparte contaba lo que era la vida en Nápoles, pues sencillamente se invento la entrevista y dijo que era ella, quien lo había dicho, así de sencillo se quedo. Obrigado.