Cuando se duerme la hora vuelvo a ser yo mismo,pintando nieblas en la aurora y enterrando en poesía el corazón.
-nazco de nuevo para la luz y se iluminan mis días con la música que siempre brilló en sus pupilas-
Añoro las nubes caídas en la ausencia de un invierno hoy cercano a mis sienes, mas tardan en llegar los ojos que cambiarán la miope mirada que esbozan mis sueños.
-basta para mi ausencia el guiño invisible de la brisa en mi frente-
Pronto, el sueño extasiado se disuelve en la nada y sé que se acaba mi tiempo, la lenta sucesión de huellas en la mañana hacia el mediodía soñado.
Vence la luz de esta hora mi apego a las cosas y rindo mi espíritu al guiño palpitante de la nueva vida contenida en las yemas de la brisa que aletean en mis ojos.
Estoy ya preparado para despedirme de las flores que se insinúan en los surcos de mis manos y de las pocas nubes que todavía cuelgan de mis ramas.
Dejaré mi corazón como testigo de que fui , treparé por escalas de silencio hasta el final intuido en los sueños y me desharé…., me desharé en el viento.
GERMÁN GORRAIZ LOPEZ