El profesor Carlos Barrios desarrolla investigación experimental puntera en el mundo, pero además es un renombrado cirujano especialista en enfermedades de la columna y traumatólogo de prestigio en el mundo del deporte profesional. Incansable defensor de la colaboración multidisciplinar, gracias a su empeño personal encontró la manera de compatibilizar el trabajo asistencial con la docencia y la investigación clÃnica, experimental y básica, algo poco frecuente en su especialidad.
Por una de las lineas de trabajo del grupo de investigación recibió dos años seguidos el Premio Europeo de CirugÃa de la Columna (2009 y 2010) –la primera vez que alguien lo consigue- por demostrar que no es una enfermedad esquelética sino neurológica.
Utilizando técnicas de resonancia magnética funcional y estimulación magnética transcraneal, observamos que el comportamiento del cerebro de las pacientes es anormal: cuando mueven un lado del cuerpo, un brazo pongamos por caso, se activan los dos hemisferios del cerebro en vez de uno. No podemos asegurar que hemos descubierto la causa pero sà que estamos en el buen camino. Es decir, la escoliosis, aunque tiene una traducción en la columna, no es una enfermedad del esqueleto sino del sistema nervioso central. Se produce una alteración del control. El cerebro está constantemente funcionando aun cuando estás sentada para mantenerte en esa posición. Está dando impulsos a la columna para estabilizarla. Eso es lo que está alterado en la escoliosis, en concreto una zona que tiene que ver con los músculos rotadores profundos de la columna que nos permiten girar las vértebras. Pues a partir de esta información, los neurólogos e investigadores de neurociencias han de trabajar para revelar esos mecanismos alterados con el objetivo de ponerles orden desde el cerebro.
¿Cómo funcionarÃa el nuevo tratamiento?
El lÃder de este pequeño grupo de investigación es Julio Doménech, cirujano ortopédico en el Hospital Arnau de Vilanova de Valencia, que colabora con un grupo de la Universidad de Harvard (EE UU) dirigido por el valenciano Ãlvaro Pascual-Leone que se dedica a la estimulación magnética transcraneal en distintas enfermedades. Actualmente, ambos grupos trabajan en el diseño de un protocolo de tratamiento para que pacientes en las primeras fases de la enfermedad reciban sesiones de 30 minutos de estimulación cerebral mediante unos pulsos magnéticos. Es el único centro a nivel mundial que desarrolla este procedimiento no invasivo y probablemente ya no progresen las curvas. Como se tardará unos años en perfeccionar la técnica y conocer sus efectos, mi grupo ha decidido actuar en la musculatura afectada. En este sentido, la UCV participa en un proyecto europeo cuyo objetivo es insertar unos microestimuladores que estimularán los músculos rotadores profundos cuando se detecte una asimetrÃa para asà estabilizar la columna y evitar el uso del corsé. Es un tratamiento sencillo y poco traumático. Nos hemos propuesto tener en tres años un dispositivo que los cirujanos puedan utilizar.
También han investigado la manera de mejorar el tratamiento quirúrgico de la escoliosis…
Hemos diseñado, por ejemplo, con el grupo del doctor José Ignacio Maruenda en el Hospital ClÃnico de Valencia un nuevo sistema llamado 3D Plus que ya se comercializa y que corrige la escoliosis de un modo sencillo. La escoliosis asusta a muchos cirujanos por la columna torcida, las vértebras rotadas y el peligro de dañar la médula. El sistema enseña cómo colocar los tornillos con seguridad y cómo enhebrarlos con un tubo para que automáticamente todas las vértebras se enderecen solas. AsÃ, una operación de 6 horas se reduce a la mitad. Nuestro grupo también es muy conocido en la colocación con seguridad de tornillos en las vértebras gracias a un sistema de sensores que registra en todo momento el estado de la médula y que he desarrollado junto con un grupo de electrofisiólogos del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid.
La correcta manipulación de la médula es otro tema que abordamos, todavÃa el proyecto es puramente experimental pero tendrá una aplicación posterior en clÃnica. Cuando realizamos cirugÃa de tumores vertebrales o de curvas demasiado rÃgidas estiramos la médula pero hay un punto en el que si la sigues estirando puedes romper raÃces y dejar parapléjico al paciente. Por eso, estudiamos los lÃmites de seguridad y las opciones de cortar algún nervio para poder estirarla más. Otro aspecto a tener en cuenta es la tensión arterial. Durante las operaciones, el cirujano pide al anestesista que baje la tensión del paciente con medicamentos para que no sangre demasiado. Sin embargo, hemos comprobado en cerditos que cuando bajas la tensión, se reduce a la mitad los lÃmites de manipulación de la médula. Asà que esta cuestión es fundamental para evitar problemas neurológicos. Este estudio lo presento este verano en la Academia Americana de Columna.
Además de la escoliosis, ¿ha tratado otras dolencias más comunes de la columna?
He trabajado en todos los grupos de enfermedades de la columna: las fracturas de la columna, las más frecuentes son las osteoporóticas de la mujer menopáusica; después están las deformidades como la escoliosis, y en tercer lugar encontramos la artrosis o desgaste que se da en la unión sacro-lumbar que es el 80% de las cirugÃas de columna ahora mismo. También trabajamos en este ámbito. En pacientes con una lesión discal, la práctica habitual era extraer el disco dañado y soldar las vértebras inmovilizándolas. Esta operación llamada fusión lumbar eliminaba el dolor, sin embargo, el alivio era temporal.
Demostramos que en el 50% de los casos al cuarto año empezaba a deteriorarse el disco superior porque absorbÃa demasiada carga. Al quinto año, habÃa que reintervenir al 25%. Por eso investigamos las opciones de crear una zona semirrÃgida en el disco superior mediante un muelle para que fuera una transición más natural que impidiese el colapso a la vez que permitiese movimiento. Se llaman sistemas hÃbridos y los cirujanos empiezan a emplearlos. Nosotros llevamos ya 140 pacientes operados con este sistema, es la mayor serie del mundo, por lo que estamos en condiciones de dar consejos y recomendaciones. Esta lÃnea de investigación sigue abierta porque hemos detectado un leve deterioro en el tercer disco. Actualmente estoy haciendo el seguimiento de nuestros casos con un grupo de ingenieros franceses y seguimos buscando mejorar el sistema.
Otro problema demasiado común son las facturas vertebrales en jóvenes, principalmente por accidentes de tráfico, que deja a los afectados parapléjicos por lesión medular…
Actualmente no existe solución para estas personas pero nuestro grupo trabaja en aplicar células madre en el cerebro, un método extendido para recuperar infartos cerebrales en personas mayores. Las conclusiones de nuestro ensayo experimental las publicaremos en breve en la revista oficial de la Academia Americana de Investigación Quirúrgica, el Journal of Investigative Surgery. Se trata de un campo nuevo con gran futuro en el que están trabajando muchos grupos de investigación.
¿En qué consiste exactamente el ensayo?
En colaboración con la Facultad de Medicina de la Universitat de València y el Centro Nacional de Parapléjicos de Toledo, estudiamos los efectos de la utilización primero de células madre sin diferenciar procedentes del tejido graso y después de células madre diferenciadas como neurona. Estamos realizando un primer ensayo en animales, en concreto en conejos con lesión medular, a los que implantamos dos de estas células al dÃa por vÃa endovenosa. Estudiamos los efectos de la implantación por vÃa externa porque se busca evitar abrir la lesión y provocar mayores daños. Hasta la fecha, hemos descubierto que todas las células madre van automáticamente a la zona de la lesión, es decir, reconocen la zona a reparar. También hemos observado que dependiendo de la cantidad que se implantan, llegan más o menos a la zona afectada. A pesar de estos resultados esperanzadores, no son capaces de reparar la lesión. Por eso, iniciamos ahora el segundo paso que consiste en convertir las células madre en neuronas e implantarlas junto con unas drogas que propicien su crecimiento. Hemos solicitado al Ministerio de Sanidad que apruebe, tanto pronto hayamos acabado con animales, el ensayo con pacientes del Centro Nacional de Parapléjicos.
La columna ahora ocupa el 80% de mi tiempo. Sin embargo, conservo una vieja afición: la traumatologÃa deportiva. He asistido, por ejemplo, a veinte Vueltas a España y Tours de Francia porque me gusta mucho el tema del ciclismo. De hecho, cualquier ciclista profesional de Europa que tenga una caÃda generalmente viene a mi consulta. No he querido vincularme demasiado a equipos porque el dopaje es un tema demasiado delicado y no querÃa verme implicado asà que me he centrado en operar pero no ver los análisis de mis pacientes. La afición lo he convertido en una profesión, ahora por ejemplo dirijo tres tesis doctorales sobre ciclismo, con ciclistas profesionales españoles, dos equipos extranjeros y la Selección Española de Pista.
¿Qué tipo de cuestiones investigan?
Las lesiones más frecuentes en los ciclistas son por sobrecarga muscular en las piernas. Nosotros hemos investigado cómo apoyan, es decir, la transmisión de fuerza, durante la pedalada a través de unas plantillas instrumentadas desarrolladas por el Instituto de Biomecánica de Valencia. Hemos descubierto que analizando la distribución de cargas que realiza cada ciclista somos capaces de predecir el tipo de lesión que desarrollará el ciclista. Esto es muy importante porque sirve para prevenir lesiones futuras. Conocemos el patrón de aquellos deportistas que nunca han padecido una de estas lesiones y podemos corregir a otros. Del mismo modo, analizamos la manera de correr de los futbolistas del Villarreal Club de Fútbol y lo presentamos en el Congreso Europeo de TraumatologÃa. En general en España falta ampliar los estudios sobre los deportistas. También hemos trabajado con regatistas de la Copa América, recogiendo y analizando datos sobre lesiones, sangre, valoraciones psicológicas y han salido 7 publicaciones de alto impacto. Esta es la manera de trabajar: la investigación es pensar lo que haces cada dÃa. Si no, como ocurre con frecuencia en este paÃs, uno se aferra a la rutina sin comprobar con datos si es realmente efectivo o es necesario innovar. Esto ocurre en el caso de la cirugÃa, especialmente en el área de la columna, y es negativo para los cirujanos porque no avanzan en la profesión pero sobre todo es perjudicial para el paciente que no accede a tratamientos mejores.
Para finalizar, ¿nos podrÃa dar unas recomendaciones sobre cómo cuidar nuestra columna?
La columna es un sistema que tiene que soportar muchas cargas, el propio peso y el peso de las cosas que cargamos. Esto hace que mecánicamente la columna se vaya deteriorando, un proceso natural con el envejecimiento pero si hay demasiada carga o malos tejidos, aparece la enfermedad. Asà que la columna es una estructura que hemos de cuidar con el uso de protectores o lumbostatos para la manipulación frecuente de cargas, por ejemplo. Después hay cuestiones de la vida cotidiana a tener en cuenta como cuidar las posturas o elegir correctamente nuestra cama. Es preferible elegir un colchón que mantenga recta la columna pero además que la cama sea alta. Las modernas camas bajas o tatamis van totalmente en contra de nuestra ergonomÃa, son perjudiciales porque lesionan la zona lumbar al intentar incorporarte. Igualmente dañinos son los coches bajos como los deportivos. Por otro lado, solemos descuidar nuestra musculatura y eso provoca atrofia muscular y problemas con la columna. Cuando ves a una persona mayor andar de manera torpe, generalmente no padece un problema de cadera o rodilla sino que no tiene cuádriceps. Dicen los americanos que el 50% de la incapacidad fÃsica de una persona por encima de los 50 años se debe a la falta de ejercicio fÃsico en los años previos. Eso se corrige con caminar deprisa, que no correr porque eso implica impacto para la columna y posibles lesiones, y después potenciar la musculatura de la espalda. Un ejercicio sencillo es arquear la espalda diez veces al dÃa mientras se está tumbado boca abajo en la cama.
Realizamos con los alumnos del Master en Medicina, TraumatologÃa y Fisioterapia Deportiva de la Universitat de València un manual llamado «Prescripción del ejercicio para la salud» donde se relaciona el ejercicio fÃsico con diferentes patologÃas. En los centros de salud españoles en general no se domina este ámbito. La osteoporosis, por ejemplo, no se trata únicamente tomando calcio sino mediante ejercicio fÃsico. Además, no sirve la natación que muchas veces recomiendan porque es un ejercicio de descarga de la columna con lo cual el tejido óseo no puede crecer. El hueso solo crece si soporta carga asà que se ha de recomendar hacer ciertos ejercicios de levantamiento de pesas. Para personas con problemas de dolores lumbares o cervicales la natación tampoco es recomendable. En concreto, se ha demostrado que nadar a braza es contraproducente para la columna. En cuanto a la sugerencia de pasear, eso solo cansa. Hay que jadear al caminar para realmente hacer ejercicio fÃsico.
Barrios estudió Medicina en la Universidad Autónoma de Madrid, se especializó en TraumatologÃa en Navarra y pasó seis años en el Hospital Karolinska de Estocolmo (Suecia) desarrollando una actividad clÃnica e investigadora en el área de los tumores óseos. En 1992, se vio obligado a volver a España debido a las restrictivas leyes de inmigración suecas pero encontró que en España no existÃa un nicho para su especialidad. Aprobó la oposición de profesor titular en la Universitat de València pero no tenÃa vinculación asistencial asà que inició un infructuoso periplo por los hospitales de la ciudad. Finalmente optó por crear su propia clÃnica dedicada a la columna.
Ahora estrena una nueva etapa de su vida profesional. En excedencia de la Universitat de València, recientemente se ha trasladado a la Universidad Católica de Valencia «San Vicente Mártir» para dirigir la investigación de la nueva Facultad de Medicina y el primer Instituto Universitario de Investigación en Enfermedades Músculo-Esqueléticas de España. En sus manos reside además el asesoramiento cientÃfico del hospital universitario que la UCV está proyectando. En la planta baja de este centro, el profesor podrá dedicarse a lo que realmente le apasiona: la cirugÃa experimental.
Ha tratado a muchos pacientes con escoliosis y estudiado la enfermedad en profundidad, incluso su grupo ha revelado los orÃgenes del tipo de escoliosis más extendido. La escoliosis es una deformidad de la columna que afecta principalmente a niñas de entre 11 y 16 años y el 90% de los casos padece la llamada escoliosis idiopática porque hasta hace poco desconocÃamos sus causas. El uso del corsé durante 3 años detiene la progresión de la enfermedad en muchos casos, sin embargo, en una pequeña proporción (el 3%), no se detiene y es necesario operar y colocar una barras fijada con muchos tornillos a las vértebras. Afortunadamente, cada vez se operan menos casos en Europa gracias a los planes de detección y tratamiento precoz pero aun asà solo en Valencia estarÃamos hablando de unas 150 niñas al año.
Lauren Wickman / SINC