Cultura

Huella, de Rosa Pastor

Huella, de Rosa PastorHuella, de Rosa Pastor. Editorial El Nadir.»

«El despertar de este sueño avivó también otros recuerdos: oí llover por primera vez. Desde la habitación me llegó el olor fresco del amanecer. Reconocí la lluvia, empapándome, mojando la tierra y levantando olores dormidos. Tomé conciencia de un exterior que iba más allá de los límites de la habitación y me rodearon las calles, la tierra roja, el verde, el azul y los contrastes«.
«Nunca olvidaré mi nombre«. Página 33.

Huella es un conjunto de relatos sorprendente, a veces claustrofóbico, que usa y abusa de la fantasía para acercarse peligrosamente a la realidad. Huella es la confirmación de una voz propia con gran talento para la narración breve (esa forma de Literatura que sólo puede ganarse por KO, un gran golpe final que sorprende y engancha)… Y la que no es tan corta, como prueba el primer relato: «Nunca olvidaré mi nombre«.

Huella es una materialización de sueños; una mezcla impura y genial de vigilia y ensoñación, donde los límites de una y otra son difíciles de marcar dada la mezcla de harina y huevo; de oxígeno e hidrógeno que implica.
Huella es un deseo de jugar con las palabras, y con los deseos. Soñamos viajar, deseamos atrapar el momento; creemos, por un momento, que dejar atrás una ciudad nos liberará de una historia que no funciona, de un amante que nos ha dejado e iniciamos un viaje, aunque quizá la ciudad y la relación vengan con nosotros.

La primera de las narraciones, «Nunca olvidaré mi nombre«, contenida en más de setenta páginas, es casi una novela corta. Una novela negra donde la protagonista va despertando a la vida tras un suceso terrible. La habilidad de la autora para irnos desvelando aquello que quiere que sepamos y lo que quiere que intuyamos es muy acentuada. A través de las sensaciones, los oídos y los ojos de una convaleciente que ha perdido la memoria iremos aprendiendo nuevamente el mundo y conociendo una historia en la que el resto de los personajes se asoman a la cama de la convaleciente oprimiéndola con su presencia hasta la angustia y la extenuación, haciendo un cuadro irrespirable que recuerda, de alguna forma, esa claustrofobia terrible de «El Expolio» de El Greco, hoy en el tesoro de la catedral de Toledo.

El final será sorprendente al cincuenta por ciento, dejando que sepamos y que ignoremos, dominando las posibilidades de la narratividad con maestría.

Otros relatos, mucho más breves, contienen los deseos y liberaciones de personajes por los que llegaremos a sentir gran empatía a pesar de la brevedad del tiempo que compartiremos con ellos. Así en «La portería» o «El Balneario» sentiremos felicidad al ver cómo la vida tiene sus respiros, o puede mejorar cuando soltamos lastre. Y el lastre puede tener nombre, o ser, sencillamente, unas obligaciones que nos vuelven grises, que nos apagan, que esconden nuestro verdadero yo bajo toneladas de papeles, fregonas y cubos o cualquier otra herramienta que nos esclaviza a cambio de un salario.

Otros como «El cambio«, son más inciertos; las líneas de la imprecisión hacen de ellos una obra de arte a medio camino de la abstracción, con numerosas interpretaciones posibles.

En resumen, una magnífica obra cuya lectura nos lleva a pensar en la necesidad de vivir nuestros sueños y saber que nuestra existencia es una entelequia que merece la pena ser disfrutada… Que nuestro cerebro nos engaña a veces y nosotros hemos de ser aún más listos que él y asegurarnos la felicidad tanto en el supuesto trace onírico como en la supuesta vigilia.

«No podía dormir. El aire estaba cargado de humo y fuera volvía a hacer un frío helado. Soñaba despierta. Si cerraba los ojos veía extrañas imágenes, fusión de paisajes urbanos y campos. En una especie de sobreimpresión, el mar de las rías gallegas llegaba hasta los pies de la Sagrada Familia, sobresaliendo como una isla en el Adriático«.
«Los amantes franceses«. Página 108.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.