Del 18 de julio al 31 de agosto, “Juana, la loca, reina que no quiso reinar” en La Corrala de Santiago (UGR, Realejo). El proyecto, presentado en junio 2013 por Andrés Galera Navarro, gerente de la Universidad de Granada y las dos componentes de Histrión Teatro, Gema Matarranz y Nines Carrascal, es una iniciativa que pretende ligar teatro y patrimonio y ofertar al espectador una propuesta de altísima calidad y máximo interés para el turista de verano.
La temporada viene precedida por el reciente galardón a Gema Matarranz, Juana, como Mejor Actriz Protagonista en los I Premios del Teatro Andaluz. Y el tema, no puede estar más de moda con la serie de tv Isabel. Ambientada en la Corrala de Santiago, un edificio del siglo XVII de origen castellano, el perfecto decorado puede presumir además de unas excelentes condiciones acústicas para un trabajo como es Juana, basado en el texto de Jesús Carazo y la interpretación.
La reina Juana I de Castilla, la llamada por el pueblo Juana la Loca, nació en Toledo en 1479. Era hija de los Reyes Católicos, quienes, por razones de estado, la casaron a los dieciséis años con Felipe el Hermoso, hijo a su vez del emperador Maximiliano I. La importancia de la reina Juana es extraordinaria. No sólo entra con ella en España la casa de Austria, sino que todos sus hijos llegarán a ocupar los principales tronos europeos. Para nosotros, el más conocido es sin duda su heredero el emperador Carlos V. A pesar de esta fastuosa descendencia, la vida de Juana estuvo llena de sufrimientos y amarguras. Su matrimonio duró apenas diez años. La muerte inesperada y temprana de su esposo y tal vez cierto desequilibrio mental que la reina arrastraba desde la adolescencia hicieron que, tres años después de la muerte de Felipe, su padre, Fernando el Católico, la encerrase en el palacio de Tordesillas donde permaneció enclaustrada durante el resto de su vida, es decir, a lo largo de 46 largos años.
Una obra histórica y clásica con un punto de modernidad.