Cultura

Julia de Burgos, poetisa en Harlem

Julia de Burgos es poco conocida en España,  pero en Puerto Rico,  su hermoso rostro de mulata es todo un símbolo. Poetisa, feminista, partidaria de la autodeterminación para su pueblo,  la vida de esta mujer, que nació en una familia humilde y se desplomó muerta con 39 años en una calle del East Harlem, reúne todas las características de una heroína romántica.  Ediciones de La Discreta, ha encarado la tarea de publicar su obra completa.  El primer tomo incluye los tres libros que  Julia preparó en vida, el segundo, que acaba de salir, contiene la obra dispersa de la autora. Es su poesía más desgarrada y también la más madura.

 

Julia de Burgos nació en 1914, fue la primera de los trece hijos que tuvo Francisco Burgos Hans, de ascendencia alemana,  con su esposa,  Paula García,  una mujer mulata.   Seis de los hermanos de Julia, murieron. A Julia se la ha comparado con Juana de Ibarbouru o Alfonsina Storni, aunque cronológicamente es posterior. En sus textos se aprecia los ecos del modernismo pero ya tamizados por el movimiento surrealista.

 

Si la vida de Julia nunca fue fácil, tras su salida de Puerto Rico, se volvió  realmente turbulenta.  A su compleja vida amorosa,  se  le unió una situación económica precaria  y  en la última etapa, ya en Nueva York, los excesos con la bebida. El alcohol era un viejo conocido para ella. Su padre había sido un bebedor empedernido. En la contraportada del primer tomo de sus obras se han elegido unos versos reveladores: “Yo quise ser lo que los hombres quisieron que yo fuese: / Un intento de vida;  Un juego al escondite con mi ser, / Pero yo estaba hecha de presentes…”

 

La poesía de Julia de Burgos nace con ritmos amplios en los dos primeros libros: “Poema en veinte surcos” y “Canción de la verdad sencilla”, para hacerse más breve y concentrada a partir  del tercero, “El mar y tú”; pero lo que no pierde nunca es una intensa  musicalidad. Esta característica ha favorecido el que sus versos hayan sido cantados con frecuencia. De hecho, al mismo tiempo que el segundo tomo de sus obras, se publica también un CD, titulado “A Julia sin lágrimas” con 16 canciones que recogen  algunos de sus poemas.

 

No falta en Julia la conciencia política: “Dícenme que mi abuelo fue el esclavo/ por quien el amo dio treinta monedas./ Ay, ay, ay que el esclavo fue mi abuelo/ es mi pena, es mi pena./ Si hubiera sido el amo/ sería mi vergÁ¼enza;/ que en los hombres, igual que en las naciones, / si el ser el siervo es no tener derechos,/ el ser amo es no tener conciencia”; como no falta una búsqueda permanente del amor, una búsqueda que es el eje de su vida: “Yo no supe de edades, ni reflexiones yertas./ ¡Yo fui la Vida, amado!/  La vida que pasaba por el canto del ave/ y la arteria del árbol”.

 

Pero el amor da paso a la destrucción: “Que nadie me profane la muerte con sollozos/ ni me arropen por siempre con inocente tierra”  escribe en “Poema para mi muerte”. Cuando Julia se desplomó en plena calle,  iba indocumentada, murió camino del hospital y en un primer momento nadie reclamó su cuerpo.  En el parte médico de defunción se habla de pulmonía. Era un  día seis de julio.  Hoy, la calle 106, en cuya esquina con la Quinta Avenida, cayó fulminada,  se llama Julia de Burgos Boulevard

 

 

Julia de Burgos. Obra Poética I, edición de Juan Varela-Portas de Orduña. Ediciones de la Discreta. 2008. Julia de Burgos. Obra Poética II, edición de Juan Varela-Portas de Orduña. Ediciones de La Discreta. 2009.

 

 

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.