Existen numerosos estudios médicos que avalan los beneficios de una siesta (aunque sea de corta duración).
Además de recuperar energías y descansar un rato, se asegura que previene el envejecimiento, reduce la presión arterial, combate el estrés y alarga la vida.
La siesta ganó prestigio y en diversas ciudades del mundo, las empresas tratan de implementar un espacio en las oficinas, para que los empleados puedan dormir una siestita después del mediodía y ganar en productividad.
Esto ya está generando un nuevo negocio: En el centro de New York se alquilan espacios para descansar por media hora a precios considerables.
Si la gente del interior de mi país (Argentina) conociera estos reductos para dormir por los que hay que pagar, creo que sonreirían porque esta es una costumbre ancestral, arraigada en los pueblos, especialmente en los más calurosos, donde a las cuatro de la tarde no vuela ni una mosca, todos duermen la benéfica siesta y no se encuentra ningún local abierto.
Así como los hombres de pueblo honraron siempre este rato de sueño reconfortante, sin conocer los actuales estudios científicos, los pintores también han pintado hermosas siestas, más bien por la intuición de que se trataba de un momento bello y placentero, que merecía ser inmortalizado en su arte. Disfrutemos de sus imágenes como si tomáramos una breve siesta reparadora.
Si quieres ver más imágenes, mira la nota completa aquí:
http://gracielabello-art.blogspot.com/2008/08/la-agradable-siesta-beneficios-e.html