Principal de los Libros publica este mes de abril La bruja de Babilonia, de la autora canadiense Dorothy McIntosh, un thriller histórico que descubre los misterios de la antigua Mesopotamia y revela la verdad sobre la leyenda alquímica de la transmutación del plomo en oro.
La antigua Mesopotamia es la cuna de la civilización. En ella surgen las leyendas y misterios de los que nuestra cultura se ha alimentado hasta nuestros días. Sin embargo, muy pocas novelas se adentran en sus misterios.
Dorothy McIntosh ha escrito una novela trepidante sustentada en una sólida investigación histórica en la que la búsqueda de una antigua piedra con inscripciones en escritura cuneiforme es la clave para resolver el misterio del rey Midas y de la tradición hermética de los alquimistas.
La autora tuvo la idea de escribir la novela al contemplar cómo los tanques americanos entraban en Bagdad. La destrucción y el saqueo del Museo Nacional la horrorizaron y le recordaron las destrucciones de las míticas ciudades de la antigua Mesopotamia, como Nínive o Ur.
El protagonista tiene una peculiaridad que le distingue de las demás obras del género. No se trata de un semi-héroe, no tiene grandes conocimientos arqueológicos y ni siquiera sabe usar un arma. La autora quería poner a un personaje corriente en una situación límite extraordinaria. El lector va atando cabos al mismo tiempo que el protagonista, y relacionando el antiguo grabado primero con el libro de Nahúm (uno de los libros de la Biblia), luego con la destrucción de Nínive y posteriormente con la leyenda del rey Midas, la alquimia y, en la actualidad, con el saqueo del patrimonio arqueológico de Iraq tras la invasión del país por Estados Unidos. La novela tiene un final sorprendente y verosímil.
La bruja de Babilonia ganó el premio Arthur Ellis al mejor thriller inédito. Ha sido finalista del premio Debut Dagger de Reino Unido. En 2011, fue seleccionada por Amazon como uno de los mejores thrillers históricos del año.
Sinopsis
John Madison es un marchante de arte de origen turcoamericano. Madison se quedó huérfano siendo muy pequeño y fue criado por su hermano mayor, Samuel, un respetado miembro de la escena artística de Nueva York, que le ayudó a introducirse en el negocio del arte y que actuó como un padre para Madison. Samuel trabaja en un yacimiento de la antigua Nínive (cerca de la actual Mosul) y hace un descubrimiento espectacular: un grabado que contiene, en escritura cuneiforme asiria, el texto original del libro de Nahúm, uno de los profetas bíblicos. Samuel lleva el grabado al Museo Nacional de Bagdad, pero la invasión americana hace que corra un alto riesgo de ser robado, así que él mismo lo substrae y lo envía a Estados unidos.
Pero cuando Madison recoge a Samuel en el aeropuerto, sufren un accidente de tráfico. Samuel muere sin contarle nada a Madison, que resulta gravemente herido. Cuando recibe el alta del hospital, John descubre la existencia del grabado y también que un amigo suyo lo ha robado y trata de venderlo al mejor postor. Las cosas se complican cuando el amigo acaba asesinado por unos potenciales compradores.
Antes de morir, el amigo ha dispuesto que sus abogados envíen a Madison un sobre que contiene una serie de pistas que sólo él podrá descifrar y que llevan a lugar en que ha escondido el grabado. John emprende una carrera contra el tiempo para encontrar el grabado mientras los asesinos de su amigo le pisan los talones.
Los enigmas le introducirán en la historia de Mesopotamia, de la filosofía hermética y de la alquimia y cuando finalmente consiga descifrarlos descubrirá que el grabado es sólo el principio, pues el texto original del libro de Nahúm contiene pistas que apuntan a la localización de un tesoro legendario. ¿Es posible –se pregunta el escéptico Madison– que el grabado contenga la clave de la leyenda del rey Midas y de toda la tradición alquímica de la piedra filosofal?
Un valioso tesoro enterrado aguarda, junto con la verdad sobre una historia que el mundo considera tan sólo un mito.
Dorothy McIntosh, autora de novelas y relatos de misterio, es licenciada en Literatura Inglesa por la Universidad de Toronto, ciudad en la que reside actualmente. También es miembro de la Asociación de Escritores de Novela de Suspense de Canadá.
Su relato Los perros del invierno (2007) fue nominado al premio Arthur Ellis como mejor relato en 2008. También ha publicado Una vista por la que morir dentro de Palabras sangrientas: la antología (Baskerville Books, 2003).
Dorothy McIntosh trabajaba en el Ayuntamiento de Toronto. A los cincuenta años se prejubiló para dedicarse a la escritura. Unos años después le llegó la recompensa con la publicación de La bruja de Babilonia.
En primera persona
Pasé un verano de mi adolescencia enganchada a los libros de Perry Mason. Ahí se forjó mi fascinación por las novelas de suspense, un idilio que se mantiene a día de hoy. Aquellos libros se convirtieron en amigos, artistas y profesores, y cuando llegó la oportunidad de escribir mi propia novela, me lancé.
Empecé con los relatos y logré publicar dos. Por entonces empecé a conocer a algunos autores y me contaron cómo era habitual que les rechazaran sistemáticamente sus manuscritos. Así que en lugar de mandar mi novela de forma convencional a los editores, decidí ingresar en la Asociación de Escritores de Novela de Suspense de Canadá.
Recuerdo especialmente el día en que recibí un correo electrónico informándome de que La bruja de Babilonia había sido aceptada. Un año después, la novela fue premiada con el Arthur Ellis como mejor novela de misterio inédita. Mi carrera como escritora se puso en marcha.
Actualmente, cuando no estoy frente a la pantalla del ordenador o paseando a mi Golden Retriever, me adentro en la gran ciudad en la que vivo: películas, galerías, museos, aunque también siento una debilidad por los conciertos de blues. En verano eso cambia radicalmente y paso cuatro maravillosos meses en mi casa de campo en el lago Hurón contemplando las puestas de sol y la belleza del lugar.