Ayer en la noche me entere de algo que no debía…. Dicen que la curiosidad mato al gato, y ciertamente me pasó a mí. El tiempo pasó tan rápido para mí que no me di cuenta de que otras personas lo usaron para recuperar el tiempo perdido, yo en cambio lo usé para recuperar los pedazos de vida que perdí por falta de tiempo para sanar por completo.
Es difícil a veces ver cómo la persona que se fue ya es feliz, y tú, aunque por mucho que trates, no has podido empezar ese ciclo respectivo que sucede para poder sanar, solo después de que te das cuenta que la otra persona ya pasó por eso… Es cuando te dices: ¿y ahora qué? Y es ahí cuando te asaltas con canciones tristes, pero que por algún motivo te alivian un poco, porque hacen que descargues todo eso que tienes dentro y que muchas veces no puedes ni siquiera gritarlo, porque estallar en lagrimas no es una opción cuando estás en la calle trabajando.
Por mi parte, aunque jamás escuché un DISCULPA por parte de la persona que siguió su vida (si quieren saber qué pasó, solo pregunten… je, je), disculpé sus pasos, sus maneras y sus palabras, pero no de inmediato, sino con el tiempo.
El tiempo es amigo de los desvalidos, y yo, en este momento, no me considero muy fuerte que digamos como para decir: HEY ESTOY BIEN, sería una mentira, así que lo más lógico por hacer es vivir mi día a día bajo la misma rutina de ir trabajar todo el día, luego en la noche entrenar como siempre, sin preocuparme del resto del mundo y en la noche, si se puede, salir con mis amigos, hablar de cualquier estupidez que no se acerque a nada de lo que estoy sintiendo, o simplemente escudarme bajo mi blog, que a la final se convirtió en mi psicólogo.
Si…eso es lo que haré.., no queda de otra…