Como ya viejo y enfermo crónico de cierta gravedad, tengo que tomar medicinas «a puñados», si es que quiero conservar la vida unos años más. Esto obliga a muchas otras disciplinas, a las que ya me acostumbré y no me quejo de nada; pero sí quiero exponer, el negocio, cachondeo, abusos, irresponsabilidades, irregularidades y «otros», que desde que soy «cliente de uno de los mayores negocios de este mundo desarrollado», cual es «la medicina»; vengo observando en la medicina de España y que deduzco será similar en el mundo «rico»; aunque en estos tiempos mi país camina hacia una pobreza galopante y que cada vez alcanza a más miles de españoles nativos o residentes inmigrantes, incluso transeúntes que se benefician, pues esto ya es riada.
Aquí la medicina se le da gratuitamente a todo el mundo que la necesite, España «es diferente»; y hasta aquí vamos aguantando, no sé por cuanto tiempo; puesto que la medicina cada vez es más cara y para notar ello, no hay nada más que ver lo que hay que pagar por cualquier «cajita» de los «diez mil preparados» que debidamente registrados y suponemos que experimentados, nos obligan a tomar nuestros médicos, sean de la Seguridad Social o de la medicina privada; éstos últimos también cobran minutas dignas de tenerse en cuenta, cosa que no critico, puesto que «son lentejas» y lo mismo que el fontanero u otro cualquier profesional, te cobra a mocho o lo que quiere… el médico al fin y al cabo, es uno más y el negocio es el negocio.
En España, para que estuviésemos mejor atendidos (cosa muy discutible) el servicio de la medicina de la Seguridad Social, fue pasado a las «autonosuyas» (perdón: oficialmente son autonomías) y en principio era lo mismo que cuando estaba todo centralizado en Madrid; luego y por lo que sea, lo que fueron medicinas gratuitas, hubo que pagar un porcentaje de las mismas, el que ha ido subiendo y si sigue así ; pronto se pagarán la mitad del importe, cosa que por el precio de los preparados ya es un atentado a la economía familiar. Para paliar ello, en todo lo que pudo; el Gobierno, implantó lo que se denomina «medicamentos genéricos», que a menor costo (muchas veces las diferencias son ridículas) se dice, alivian los presupuestos ya altísimos, que ha de pagar la Administración estatal, salvo a los jubilados a los que se nos facilitan gratuitamente, cosa a destacar… aunque tal y como van las cosas, ya veremos lo que dura… puesto que vuelvo a recordar, que hace décadas, eran gratuitos para todos.
Pero si llegas a una farmacia y el titular de la misma y sonriendo, te dice que él a su padre (enfermo)… «de genéricos ni hablar», que le da los de marca acreditada. Si indagas sobre amigos que ejercen o ejercieron como representantes visitadores médicos y te dicen que los genéricos… «son aproximaciones» y que como las marcas originales ni hablar… si el médico (indudablemente que presionado por los políticos) te dice que los genéricos son iguales a los otros… ¿a quién crees de todos los que conforman este tan enorme y rentable tinglado, que está montado sobre el dolor y los padecimientos de los que indefensos totalmente, podemos ser juguetes de unos y de otros? ¿Qué valor tenemos como seres humanos ante todo éste cúmulo de intereses? Pero es claro que como seres humanos, tenemos cerebro y pensamos… ¿qué es lo que estarán haciendo con nosotros?.
Convendría pues, el que se diesen explicaciones, se razonase lo que de verdad está pasando y es claro, que aunque delicado… pero tendrán que mojarse y mojarse bien; sobre todo, los que hicieran ese famosísimo «juramento hipocrático»; puesto que del tendero de medicinas y de los políticos… «lagarto, lagarto… que decimos en España y sobre todo los gitanos, cuando les nombran la bicha». ¿Lo harán y publicarán dando la cara en ámbitos nacionales e internacionales? Esperemos.