Consonancias, 38
Abandonadas ya las esperanzas que algunos políticos sin sentido de la realidad nos hicieron concebir a los aficionados, cuando finalizaba el siglo XX, respecto a la remodelación del Teatro Fleta para destinarlo a recibir grandes montajes operísticos, hemos debido conformarnos los amantes de este género artístico que combina la música, la danza, la plástica, el teatro, y también ahora las nuevas tecnologías audiovisuales, con disfrutar de los montajes que periódicamente nos ofrece el Teatro Principal.
Hay que reconocer que la oferta se mantiene en los parámetros más tradicionales, sin asumir riesgos de modernidad que tal vez no fueran bien acogidos por el público habitual de este género. De este modo aparecen una y otra vez sobre el escenario óperas muy conocidas, aunque magníficas, como ‘Nabucco’, ‘Tosca’ o ‘El Trovador’, las tres que se han ofrecido durante el primer trimestre de este año, a las que podrían añadirse ‘Rigoletto’, ‘La Traviata’ y ‘Carmen’, representadas durante el último trimestre del pasado año.
Del mismo modo hay que señalar que ha mejorado notablemente el nivel de ejecución de estos espectáculos, tanto en lo relativo a la escenografía, como en lo que concierne a las voces, coros y orquestas. La primera ópera mencionada, la famosísima ‘Nabucco’, de Verdi, fue una producción de la compañía franco española Ápera 2001, que está demostrando bastante solvencia en sus propuestas. La selección de cantantes, músicos, escenógrafos, etc. es rigurosa y eso se aprecia a la hora del montaje y de la interpretación. La Orquesta Sinfónica de Pleven (Bulgaria), bajo la dirección de Martín Mázik, significó un buen apoyo para el espectáculo, como ya lo había hecho el pasado noviembre con ‘Carmen’ de Bizet.
La orquesta y coros de la Ápera Nacional de Odessa, bajo la dirección de Igor Chernetski, respondieron de las otras dos actuaciones
mencionadas, ‘Tosca’ y ‘El Trovador’. En esta ocasión fueron gestionadas por la empresa Concerlírica, que ha demostrado una solvencia semejante a la anterior, apreciándose una buena sonoridad de la orquesta y una respuesta eficiente de los solistas y el coro, sobre todo en la segunda de las óperas.
De este modo, los amantes del belcanto pueden sentirse satisfechos porque dentro de las inevitables limitaciones de espacio y presupuesto con las que hay que contar, los espectáculos del género lírico ofrecidos en el Teatro Principal han tenido una notable dignidad en la temporada de otoño-invierno que acaba de finalizar. La respuesta del público, que ha llenado todas las sesiones, así lo avala.
En otro orden de cosas, hemos de aplaudir la iniciativa del Conservatorio Superior de Música de Aragón propiciando el nacimiento de una obra absolutamente contemporánea, fruto del trabajo de 15 jóvenes compositores, en la que han intervenido, bajo la dirección de Agustín Charles y Nacho de Paz, medio centenar de alumnos y profesores vinculados al Centro. La novedosa ópera, titulada ‘Resucita Loto’, sobre un texto de Ginés Liébana, se presentó el pasado 19 marzo en el auditorio Eduardo del Pueyo del Conservatorio Superior, con un notable éxito.