La plus belle pour aller danser, de Sylvie Vartan
Estoy seguro, Sylvie, que siempre fuiste la más bella del baile. En aquellos “partys” de la calle Víctor Hugo, seguro que destacabas como una estrella rutilante, con tu cara de muñeca adolescente, tus movimientos ondulantes, tu candidez, tu voz envolvente y susurrante.
Seguro que eras el espejo de todas las miradas, el murmullo de quienes deseaban ocupar tu danza, en aquel círculo de luces destellantes en que tú te movías como pez en el agua.
Seguro que desprendías ilusiones de arrebato. Y aquellos jóvenes que te rodeaban, encandilados, engrandecían tu baile con el compás de sus palmas y el latir acelerado de sus corazones blandos.
Estoy seguro, Sylvie, que siempre fuiste la más bella del baile.