Sociopolítica

LA TIERRA, EL MAR Y LAS BASURAS

El «aprendiz de brujo» o ser humano, en su afán de inventiva irresponsable, ha (hemos) creado «un inmenso monstruo que nos va ahogando poco a poco» y el que con vida propia, se va extendiendo por todo el planeta y la irresponsabilidad de los gobernantes ni ha intentado frenarlo y menos controlarlo; y a los hechos me remito.

Ya y hace más de veinte años, recorriendo el sur de Marruecos y en la parte del desierto, me sorprendió ver una cantidad notable de negras y grandes bolsas de plástico de color negro, que «volaban» por aquellas áridas tierras, tan lejanas de lugares denominados civilizados… ¿cómo llegaron allí? Lo ignoro, pero allí estaban en continuo movimiento, ensuciando y contaminando aquellas tierras donde la vida es escasa y se presume que es naturaleza virgen.

Hoy leo que nada menos que en el centro del inmenso Océano Pacífico, ya existe una asquerosa y enorme plataforma «flotante» de plásticos y derivados, con una extensión de 1.760.000 km2 (un millón setecientos sesenta mil: reitero) y que por si no lo han notado, equivale a la extensión aproximada de media Europa. Este enorme «desierto flotante», tiene nada menos que treinta metros de profundidad y se alarga como un inmenso monstruo… unos 2.200 kilómetros, con un ancho de 800 metros y en su movimiento continuo en espiral, va depositando en los fondos marinos, los plásticos, que más pesados que el agua, van hundiéndose para allí irse acumulando.

Se dice que esa «enorme serpiente contaminante» en doce años (1997-2009) ha triplicado su tamaño; por lo que imaginemos lo que puede crecer en el futuro. Sugiero vean el informe completo en ABC 11-09-2009 y en su suplemento «Natural», donde con datos y reproducciones, la estampa que ofrecen las dos páginas que le dedican, son francamente preocupantes… o algo más.

«Todas las aguas terminan en el mar»; por tanto pensemos que gran parte de esos detritus, han ido arrastradas por los ríos. Otras muchas dejadas en el mismo mar por la inmensidad de barcos de todo tipo y calado que lo surcan y donde la pesca, ya dicen que es la culpable de un veinte por ciento de ese enorme basurero marino… pero imaginemos sólo uno de esos enormes trasatlánticos, que son como ciudades flotantes y súper consumistas… «el enorme reguero de desechos que van dejando tras de sí» y así todos y cada uno de los barcos que navegan y donde por necesidad, tienen que llevar la mayor parte de los pertrechos, bien preparados y cerrados para que no se estropeen; pero los materiales no biodegradables, no los guardan, como debiera ser obligación y regresar con ellos a puerto para depositarlos en contenedores para el reciclado, oportuno y ya necesario, puesto que se recuperan materias primas.

Ahora y «ya en tierra», pensemos que según se afirma; sólo el cinco por ciento del plástico que usamos llega al reciclado… Pensemos que un pañal de bebé (o para adultos) desechable, se afirma que tarda en degradarse nada menos que 500 años, una botella de plástico, 450 y las anillas que sujetan los bloques de latas de refrescos, 400 años… y así vayamos meditando sobre todo lo demás que usamos y tiramos, fabricado con plásticos… «y lo que tiene que trabajar la madre tierra para reciclarlo».

Por ello; por todo ello… tenga la bondad, tenga la humanidad, tenga la responsabilidad suficiente, como para separar embases y plásticos, así como vidrios y depositarlos en los contenedores que ya existen para ello… y donde no existen, exijan a sus autoridades que los instalen lo antes posible. No podemos ser «cómplices» de ese y tantos otros, inmensos basureros que van matando al planeta Tierra poco a poco… y recordemos por caridad (siquiera) que nosotros y nuestros descendientes, necesitaremos cada vez más, todos los recursos naturales del mismo… «no tenemos otro y cada ven la población crece más». Veamos que hacen de positivo los ineptos políticos que en general gobiernan a este pobre mundo, puesto que los mayores responsables son ellos.

Ofrezco un párrafo de una carta escrita por «un salvaje piel roja» en 1855: «Vosotros debéis enseñar a vuestros hijos que el suelo bajo sus pies es la ceniza de sus abuelos. Para que respeten la tierra, debéis decir a vuestros hijos que la tierra está plena de vida de nuestros antepasados. Debéis enseñar a vuestros hijos lo que nosotros hemos enseñado a los nuestros: que la tierra es nuestra madre. Todo lo que afecta a la tierra afecta a los hijos de la tierra. Cuando los hombres escupen en el suelo, se escupen a sí mismos».

El resto de tan estremecedor escrito/profecía (que se está cumpliendo) lo tienen en mi Web, en portada de Trabajos Literarios: «El primer ecologista» (lo denominé así al leer tan estremecedor relato) www.jaen.ciudad.org ; conviene leerlo, copiarlo y difundirlo, rindiendo homenaje y agradecimiento a… «tan gran salvaje».

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.