La violencia en el cine es cualquier acto violento presente en las películas.
Como todos sabemos, el cine es un medio a través del cual llegamos a la gente y les tocamos sus emociones y provocamos sentimientos.
La cámara cinematográfica es el instrumento que utilizamos para mostrar lo que verá el público. Esta cámara junto a los efectos especiales van provocando al espectador que se localice en el lugar de los hechos y así sentir lo que el director quiere que sienta. Estos sentimientos se ven acrecentados sobre todo en el cine violento debido a que es un tema con el que no empatizamos en la vida real por el dolor que produce.
La violencia en el cine es cualquier acto violento presente en las películas. Dentro de cada género, la violencia adquiere una personalidad independiente. Los géneros que suelen utilizar la violencia son: crimen, terror, guerra, drama y acción.
¿Por qué giramos la cabeza ante una escena de miedo, violencia o sangre? La guerra, el asesinato, la tortura, las alucinaciones, el dolor… Tendemos a sentirnos mal al percibir esto y nuestra mente prefiere no visualizar esas imágenes de sufrimiento, ya que nos imaginamos en ese lugar y sentimos miedo e incluso terror. A veces los niveles de violencia pueden ser tan excesivos, que provocan el rechazo o desinterés del espectador, debido a la escasa relación con la realidad que le rodea. Demasiado alejado de la realidad, no resulta creíble.
Los críticos cinematográficos que analizan las imágenes de cine violentas se dividen en dos categorías. Por un lado, los críticos que ven representaciones de la violencia como superficiales y de explotación argumentan que conduce a la audiencia a volverse insensible a la brutalidad, lo que aumenta la agresividad. Por otro lado, los críticos que ven la violencia como un tipo tema o contenido, que afirman que es catártica y proporciona salidas para los impulsos de personalidades antisociales.
En el cine actual, tenemos directores y actores caracterizados por hacer cine violento. Como por ejemplo, John Carpenter, quien creó un personaje de ficción llamado Michael Myers que aparece por primera vez en “Halloween” y es interpretado por varios actores como: Nick Castle, Tony Moran, Will Sandin, Dick Warlock…, o películas como “En la boca del miedo”, y otras. Thomas Harris, quien creó otro personaje de ficción llamado Hannibal Lecter, un caníbal interpretado por Antony Hopkins, en películas como “El silencio de los corderos” o “Hannibal» . Martin Scorsese, con películas como “Malas calles”, “El cabo del miedo”, “Gangs of New York” o “Toro salvaje”. Quentin Tarantino, quien fue uno de los escritores de la película “Asesinos natos”.
También podemos percibir el miedo/suspense en las clásicas películas de Alfred Hithcock como “Los pájaros”, “Psicosis” o “Vértigo”. Clint Eastwood en películas como “El bueno, el feo y el malo”, “Sin perdón”, “Million dolar baby”. Películas de Stanly Kubrick como “El resplandor”, “Ojos bien cerrados”, “La naranja mecánica”.
Margaret Bruder, profesora de Estudios Cinematográficos en la Universidad de Indiana (EEUU) y autora del libro: «La violencia estetizante, o cómo hacer las cosas con estilo” argumenta que en las películas con violencia estética, los «modos estándar realistas de edición y la cinematografía son violados con el fin de espectacularizar la acción que se juega en la pantalla». Los directores usan la «edición rápida y torpe», «encuadres inclinados», los cortes de choque y la cámara lenta haciendo hincapié en los impactos de las balas o los «chorros de sangre».
Teniendo presente este tipo de cine hay que tener en cuenta que la violencia emitida por las pantallas puede repercutir en las personas y sus comportamientos en función de varios factores. Esta influencia puede ser de varios tipos:
La visión de escenas violentas en las pantallas puede activar en el espectador emociones, pensamientos o sentimientos o, incluso, conductas involuntarias que están asociadas cognitivamente con el acto que se ha visto (denominada como “Teoría de la asociación cognitiva).
La visión de escenas violentas puede producir la identificación del espectador con el modelo violento y la imitación de la conducta observada (Teoría del modelo simbólico).
La visión de la violencia puede reforzar conductas violentas anteriores del espectador (Teoría del refuerzo).
La visión de la violencia puede hacer que el espectador perciba la realidad como poco segura o preocupante. Las personas que ven mucho tiempo la televisión tienden a creer que el mundo es muy peligroso y pueden ser víctimas de la violencia en cualquier momento (Teoría del cultivo).
La visión de la violencia también puede generar en el espectador una indiferencia ante la violencia real, también denominado «embotamiento emocional» (Teoría de la desensibilización).