Cultura

Las circunstancias obligaban, de Javier Ugarte Pérez

Las circunstancias obligaban. Javier Ugarte Pérez. Editorial Egales. 2011.

«[…] saber que las hogueras se encendían, aunque fuese para terminar con la vida de una pequeñísima parte de sodomitas, tenía que generar pánico ante la posibilidad de ser reconocido como uno de ellos. Parecido temor ocasionaba la condena a galeras durante diez años porque la pena equivalía a una muerte lenta, debido al trabajo agotador que realizaban los galeotes, el maltrato que sufrían, la mala alimentación y las pésimas condiciones higiénicas que imperaban en los barcos«.
Página 49.
«Los jueces comprendían perfectamente que un varón se sintiera atraído por otro y que, en momentos de arrebato, llegara a olvidar el error -y el peligro- que conllevaba la satisfacción de su deseo. Sin embargo, les resultaba difícil admitir el hecho entre mujeres, a no ser como producto de una pasión extemporánea, propia de una época que consideraba indiscutible la inclinación femenina a actuar irracionalmente«.
Página 50.
«Ahora bien, los libertinos son tan ambiguos como lo es su siglo, intermedio entre el capitalismo mercantil y el industrial, entre el poder absoluto de los monarcas y las monarquías parlamentarias […]«.
Página 87.
Un ensayo de envergadura, un texto de investigación y de reflexión que analiza las identidades de homosexuales (lesbianas, gays, transexuales, bisexuales, maricones, maricas, tortilleras, femmes, butches…) dicho de forma genérica para englobar identidades o realidades, o vivencias de quienes han estado al otro lado de la «mayoría» al mantener relaciones sexuales con otros sujetos de su mismo sexo –o incluso a veces sólo por desearlas.
Lo cierto es que hay que andar con mucho cuidado en el uso de las palabras y sus definiciones a la hora de abordar este libro porque lo que se nombra con cada una de ella tiene un calado y una significación muy distintos puesto que se estudia la evolución de las «identidades» adoptadas por los homosexuales antes y después de los años sesenta del pasado siglo por diversos motivos. Y esos motivos, que son fundamentalmente económicos y que entroncan profundamente con el modelo productivo de las sociedades (la Historia Económica), son importantísimos en este libro, de hecho lo vertebran, de donde procede gran parte de la originalidad y fuerza de Las circunstancias obligaban desde mi punto de vista.
Hay muchas frases a lo largo del libro donde puede verse con claridad, donde se expone con dolorosa claridad el valor del sujeto para las superestructuras (los Estados y los capitales), valgan las siguientes como ejemplo:
«Como una enfermedad conlleva algún tipo de incapacidad o indisposición, la integración en el sistema productivo es una buena manera de mostrar que el afecto y el placer entre personas del mismo sexo constituyen diferencias que no alteran su funcionamiento en el resto de esferas (como sostenía el estudio de Hooker)«.
Página 188.
(O lo que es lo mismo sólo cuando el individuo homosexual se mostró necesario para la supervivencia del sistema por su saber –lo que supone dinero- y su aportación al consumismo como cualquier otro sujeto, se le dejó vivir sin persecución).
La pérdida reviste mayor gravedad si la muerte llega en el momento más productivo de la vida de la persona, entre los veinticinco y los cuarenta y cinco años, cuando esta se dispone a realizar apuestas de gran envergadura para su futuro como adquirir una vivienda, fundar una empresa o tener descendencia (entre otras decisiones)”.
Página 233.
(Es decir que se lamentará más que muera alguien que tiene más dinero que generar por delante. No porque no haya tenido tiempo de disfrutar su vida).
No obstante el estudio abarca de forma sintética (no cabría hacerlo de otra manera) la Historia económica de la homosexualidad, pasando por los diversos modelos de Sistema de Producción o Sistema Económico: el mercantil, el industrial… desde los modelos de la Grecia Clásica y la Antigua Roma. Resultan especialmente interesantes algunas menciones al mundo musulmán como las siguientes:
«La relación de varones masculinos con afeminados constituía una práctica tradicional en las dos orillas del Mediterráneo cuyo origen databa de la AntigÁ¼edad como una forma viciada de pederastia que pagaba los servicios de aquellos prostitutos que mostraban a las claras su profesión; con oscilaciones debidas a la intensidad de la represión pervivió hasta fechas recientes. Su permanencia en el Mediterráneo europeo se explica por el retraso material de estas regiones en los últimos siglos, debido a un conjunto de factores; en primer lugar, el clima proporciona escasas lluvias, combinadas con periodos de sequía prolongadas; la suma de ambos factores limita la fertilidad de un suelo ya empobrecido por milenios de explotación«.
Página 134.
En todos los casos, los lazos familiares se tensan a causa de la dificultad para asumir, en sus lugares de origen, una forma de vida e identidad perseguidas o que están mal vistas por las autoridades, pese a que antes del siglo XX las sociedades musulmanas consideraban al homoerotismo un hábito aceptable entre varones solteros (lo que se muestra en varias obras de su tradición literaria como Las mil y una noches y El collar de la paloma, publicadas sin censura durante siglos)».
Página 277.
La obra fundamenta siempre sus afirmaciones basándose en estudios previos de otros autores, investigaciones médicas y sociológicas… que forman la estructura metálica del edificio que construye y es imposible negarle coherencia y conocimiento a su autor. Si bien, como decíamos, constituye una especie de repaso histórico de la homosexualidad y su persecución o aceptación según los modelos productivos (y aquí me parece que está el hueso duro del libro, la verdad amarga que conviene aprender), se centra finalmente en dos situaciones concretas, las de EEUU y España en el siglo XX antes y después de los años sesenta.
«Aunque, a partir del primer tercio del siglo XX la definición de homosexualidad dejó de girar en torno al género para comentar a hacerlo respecto al sexo, los cambios no fueron visibles hasta finales de los años sesenta«.
(Página 129).
Hasta aquel momento el “colectivo” si es que podía hablarse de tal había girando en torno a roles de hombre/mujer dentro de las relaciones del mismo sexo, las mujeres que vestían y hacían de macho en la relación (invertidas) y las que mantenían su rol “femenino” (pervertidas) y lo mismo con los hombres que vestían y se comportaban afeminadamente para mostrarse disponibles (invertidos) para aquellos que hacían de hombre/macho en la relación (pervertidos). Desde la década de los sesenta, sin embargo, las identidades cambian en torno a la “orientación sexual” y los homosexuales se definen a través de las categorías lesbiana, gay, transexual y bisexual que les permiten seguir siendo femeninas, lesbian chic; y masculinos (e incluso subrayar o cultivar lo que se entiende por masculino como los músculos). A partir de entonces la lucha política se hace más activa, más posible, y se van consiguiendo derechos impensables a comienzos del siglo XX.
El libro también se pregunta y explica hacia dónde se encaminan las nuevas teorías de la homosexualidad dentro del propio colectivo y lo que implican, por lo que su obra resulta tan ambiciosa como elogiable.
Me llama no obstante mucho la atención el hecho de que se dan por sentadas realidades que, si bien a nivel teórico o académico pueden estar asumidas o al menos pensadas por la punta de lanza de la sociedad, distan mucho desde mi perspectiva, de haberse convertido en “materia”, en “verdad” en el día a día, para bien o para mal. Vaya ello desde la asunción de que los colectivos lgtb han triunfado (está claro que han conseguido mucho en ciertos países, pero cuánto y en cuántos) o que Dios ha muerto y es algo zanjado para todos los filósofos y académicos: “Así la doctrina posmoderna logra la liberación respecto a las viejas cadenas al precio de dejar a los nuevos protagonistas de la historia –los individuos, concretos y singulares- huérfanos de relatos y en aislamiento” (Página 271).
Por lo demás un libro irreprochable, interesantísimo, ejemplo de buen análisis de la realidad y de literatura de ensayo y de estudio asequible al gran público, sin abandonar la profundidad ni la calidad ni un solo momento. Tan recomendable que da mucho que pensar.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.