Igual que en las vacaciones de verano se produce un aumento en el número de divorcios de pareja, del mismo modo, durante las vacaciones de Navidad, son frecuentes los conflictos familiares. Durante las vacaciones pasamos más tiempo con aquellos que queremos, es decir, convivimos en el hogar durante más horas en el día. Por esta razón, es más fácil que se produzcan roces, tensiones y conflictos.
Las Navidades son un tiempo en el que las reuniones familiares tienen un protagonismo esencial. De hecho, este viernes se celebra la Nochebuena. Muchas personas viajan para volver al hogar puesto que la noche del 24 es la más familiar del año.
El individualismo social es latente e incluso, muchas familias sólo se reunen por Navidad. Es decir, hay familias que están poco acostumbradas a compartir tiempo en común el resto del año. Por eso, a veces, volver a ver a cuñados, tíos o primos puede ser un plan que produce pereza en tanto que es imposible que nos llevemos bien de verdad con todo el mundo.
Hay algunos consejos prácticos que puedes tomar en cuenta para afrontar la Navidad con la mejor de tus sonrisas:
1) A la hora de sentarte a la mesa intenta ponerte junto a alguien con quien te sientes bien, es decir, algún familiar que te da confianza.
2) En una celebración familiar es mejor evitar temas que pueden llegar a producir conflicto. Por tanto, conviene tocar temas de conversación distendidos, narrar anécdotas, contar chistes y hacer bromas. Es decir, debemos intentar que la risa sea la protagonista durante estas fiestas.
3) Es mejor vivir la navidad desde un punto de vista positivo, pensando en los buenos momentos que podemos vivir. Momentos que son poco frecuentes durante el resto del año. Por eso, puedes utilizar la creatividad para pensar en alguna forma de sorprender a tu familia y darle las gracias.
4) En las reuniones familiares conviene cuidar la actitud, es decir, estar receptivo y educado con todos los familiares, incluso con aquellos que te parecen más antipáticos. Es mejor tomar estas diferencias como algo totalmente natural e inherente al ser humano.
En la rutina diaria comprobamos como en el ámbito profesional y también personal es habitual que sintamos más afinidad con unos compañeros de trabajo que con otros. Dicha cercanía puede deberse a semejanza en el carácter, inquietudes o intereses comunes… Incluso puede que no exista una razón fundada de por qué nos llevamos bien con una persona y no con otra.
La Navidad puede ser una oportunidad excelente para reencontrarnos con familiares de los que hemos estado distanciados. De hecho, a veces, puede suceder que algo cambie de forma positiva en la relación con algún familiar con el que tal vez, no te llevabas del todo bien.
Imagen: Flickr-Universidad de Navarra