Del 10 al 20 de mayo se desarrolla la Feria del Libro de Sevilla, una iniciativa que se ha convertido en tradición -junto a su hermana pequeña, la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión-, a pesar de los vaivenes en cuanto a fechas y ubicación que ha sufrido el evento. Mayo es un buen mes para concertar una cita con la lectura, no sólo por la vitalidad lumÃnica de los dÃas y la riqueza cromática de las rosas, sino también por las suaves temperaturas que invitan a sumergirse entre páginas, en papel o electrónicas, ligeros de equipaje, sobre todo mentales. Pero la crisis que nos asfixia también afecta –desde siempre- a esta Feria donde más daño hace. Y no me refiero al aspecto comercial, que es lo que más preocupa a los empresarios del sector, sino a los Ãndices de lectura que delatan un paÃs donde se editan muchos libros, se compran menos y se lee poco o mal. En España solemos fabricar bienes de cara a la exportación, libros o coches, dejando para el consumo doméstico unos restos testimoniales.
Libros en feria y en crisis
Aún asÃ, pero con menos casetas que la del año pasado y un presupuesto «reformado» como corresponde a cualquier dipendio, se presenta la nueva Feria en la Plaza Nueva sevillana. Este año está dedicada a Manuel Chaves Nogales (1897-1944), un periodista cuya vida dice mucho de lo que es la España ingrata y rencorosa. Autor de reportajes, tuvo la valentÃa de ser crÃtico notario de la realidad de la Guerra Civil y de las salvajadas que se cometieron en ella, máxime si están espoleadas por un odio cainita. Perteneciente al bando derrotado, tuvo que exiliarse a Francia e Inglaterra, donde murió sin más memoria histórica que la del silencio. Ahora, 70 años más tarde, cuando se puede recordar sin ser tachado de revanchista por quienes pretenden que el pasado siga bien enterrado, se rinde homenaje a un mito cuidadosamente olvidado. De él hablará con seguridad el escritor Juan Eslava Galán, encargado del pregón de apertura de esta Feria del Libro y autor de la obra Una historia de la Guerra Civil que no va a gustar a nadie, entre otras.
En cualquier caso, sea para decorar el mueble del salón o por verdadera inquietud intelectual, serÃa cuestión de aprovechar la oportunidad que brinda esta Feria para recorrer los 23 expositores de editoriales y los 25 de librerÃas, en la seguridad de que encontraremos algún libro que despertará nuestra curiosidad. Si es asi, no lo dude: adquiéralo. Dispone de diez dÃas, hasta el 20 de mayo, para atesorar un «raro» privilegio: aceptar la invitación al conocimiento que todo libro posibilita. Aunque estemos en plena crisis o… por eso, precisamente.