Cultura

Lluvia constante

LLUVIA CONSTANTEDavid Serrano, el director de la obra ‘Lluvia constante, de Keith Huff, que se ha representado el pasado fin de semana en el zaragozano Teatro Principal, declara con bastante solemnidad en los comentarios incorporados al programa de mano del espectáculo, varias cosas.

La primera es que esta pieza teatral va a convertirse en un clásico a la altura de ‘Un tranvía llamado deseo’ o ‘La muerte de un viajante’. Augura que tiempo al tiempo, por lo que tiempo hay que tomarse para ver si se cumple ese supuesto. Vista la obra, uno se inclina a pensar que Serrano no va muy desencaminado en sus predicciones.

Su segunda declaración se refiere a que el texto es moderno y clásico al mismo tiempo, en lo cual también hay que darle la razón porque sin duda la historia atrapa desde los primeros minutos, aunque tal vez no desde la primera línea, porque la entrada en juego de los dos protagonistas queda un poco fría y coyuntural, pero en lo que sí acierta el pronóstico es en que la historia que se narra no suelta al espectador hasta pasada hora y media, o incluso más, de haber terminado el espectáculo.

También pronostica que, tras esta primera puesta en escena en España, vendrán muchas más, y que cada dos o tres años volverá la obra a recorrer los espacios dramáticos del país. Ojalá se cumpla la predicción porque merece la pena volver a contemplar ‘Lluvia constante’, tal vez a través de otros monstruos de la escena. Porque monstruos de la escena son Roberto Álamo y Sergio Peris-Mecheta, los protagonistas del drama, y aquí también acierta el director al señalar que no resultaba fácil encontrar actores que estuvieron a la altura de un texto tan colosal. Afirma que son dos de los mejores en este país, lo cual puede aceptarse, aun señalando que la nómina de los mejores actores españoles puede superar en estos momentos las dos docenas.

Ya en el espectáculo, todas las expectativas se cumplen y aún se superan, porque la interpretación de los protagonistas llega más allá del texto y consigue que la acción se desarrolle entre los espectadores, a su lado, incluso en su interior. La fuerza, la entrega, la resistencia y el aguante de ambos parecen imposibles, pero ocurren a la vista de los espectadores.

El último aserto de David Serrano, a quien debe felicitarse por su puesta en escena, es que dentro de muchos años se seguirá hablando de lo que hicieron estos actores en los escenarios de España y seguramente también de América. Habrá que comprobarlo, pero seguramente acierta en su pronóstico.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.