A Francisco Basallote (1941-2015) no lo conocà personalmente. Pero todas las referencias que he podido recabar, desde distintos ámbitos culturales y sociales, apuntan en la misma dirección: persona cabal y poeta de una sensibilidad extrema, aparte sus magnÃficos encuadres ópticos tanto en fotografÃa como en pintura. Dicen los que bien le conocieron, que la humildad de sus convicciones era el verdadero sustento de su obra, la esencia desde la que exportaba sus creaciones.
El motivo por el que expongo a Francisco Basallote ante los lectores de El Librepensador, no es otro que la nueva lectura que acabo de hacer de su libro de haikus titulado En los senderos del bosque, editado por la Sociedad Vejeriega de Amigos del PaÃs, ubicada en Vejer de la Frontera (Cádiz), y con la colaboración de Caja Madrid. He querido, de esta manera, rendir mi particular homenaje a quien vivió con fervor de maestro zen el aura desprendida por la Naturaleza y que después supo plasmar, como pocos, a través del color y de la palabra.
Pues, que por las páginas de En los senderos del bosque, cohabitan, a la manera de la primitiva comunión de los espÃritus, delicadas acuarelas y bellÃsimos haikus que conforman un universo único de sensaciones inimaginables: “Ensimismado, / el cisne sólo existe / en su reflejoâ€. “El cisne blanco / no se ve en el espejo / frÃo del hieloâ€. “Viejos zapatos, / aún el barro pegado / de los caminosâ€. “En el sendero / sobre las piedras pisan / hombres y dÃasâ€. “El viento mueve / las hojas de la palmera / y a su sombraâ€. “Cruje una caña / en el cañaveral, / pasa una sombraâ€. “Flor de azahar. / Se posa la nevada / en los naranjosâ€.
Francisco Basallote, fue miembro fundador de la Sociedad de Amigos del PaÃs de Vejer de la Frontera. Vicepresidente ejecutivo de Fundación Aparejadores. Investigador histórico especializado en los emigrantes a Indias de la Comarca de la Janda. Su poesÃa ha sido estudiada en la Facultad de Humanidades de la Universidad de Cádiz. Colaborador en distintos medios literarios, perteneció a la Asociación Colegial de Escritores (ACE).
A lo largo de su vida se le reconoció con numerosos premios: Orippo de PoesÃa, Ciudad de Montoro, Nacional de PoesÃa Ciudad de Baeza, Ateneo Albacetense, Villa de Aranda, Marco Fabio Quintiliano, Villa de Peligros, Antonio Machado de Sevilla, Internacional de PoesÃa Odón Betanzos, Internacional de PoesÃa Encina de la Cañada, Ciudad de Ronda.
Y de su producción literaria podemos destacar: Breve calendario en Piscis, Frontera del Aire, Solo el mar, Fragmentos y Tasa de destrucción, MÃnima estancia, Manuscrito de Cartuja, Diario y Cábalas de Agosto, Retorno a Mellaria, En las Colinas de Bashir, Como nieve de EstÃo, Cuaderno de Buenavista, Médula de la sombra, Palimpsesto de Plazuela, Lujo de la Pintura, Segundo Cuaderno de Cartuja, Elemental memoria, En el lugar signado, Tiempo deshabitado, Los Géneros de la Pintura, De tan antigua presencia, Como agua sobre piedra, Derrotero de la Quimera, A modo de inventario, Libreta del caminante, Calendario manuscrito, Cimera Encendida, En los senderos del bosque, Naturalezas muertas, y la obra póstuma Arcángeles de otoño.
De Francisco Basallote se ha dicho:
“Francisco Basallote es esencialmente un poeta del silencio, del recogimiento y la verdad. Su trabajo poético es una labor de orfebrerÃa clásica, eludiendo el barroquismo fácil, envolvente y llamativo†(Manuel Jurado, escritor).
“Basallote enfoca literariamente, la realidad, la naturaleza, el paisaje, con perspectiva de pintor, del mismo modo que pinta con visión de poeta†(Rafael de Cózar, poeta y pintor).
«Francisco Basallote fue todo un maestro del arte del haiku, tanto a la hora de componer como de transmitir su esencia, normas y buen uso. Prueba de ello es el excelente legado que nos ha dejado como haijin.» (Fran Nuño, escritor).
“Todo lo que aprendà de Paco y de su poesÃa puedo resumirlo en dos palabras: generosidad y sencillez. A pesar de sus múltiples premios literarios y de la alta calidad de su obra nunca le oà presumir de ellos. Paco me enseñó principalmente que la primera obligación del poeta es ser poeta, cazador de instantes como él mismo se definÃaâ€. (Carmen Ramos, poeta)
Que por las hojas blancas de En los senderos del bosque, se adivinan las huellas de un caminante que se detiene, cuando lo estima oportuno, para ejercitar la contemplación. Y en ese acto supremo se realiza el presente, y es aquà en donde Francisco Basallote derrama, humildemente, sobre el inmaculado papiro lo adquirido:
“Lluvia tan breve, / quedan las perlas / del agua entre las rosasâ€. “Sobre las olas / un destello de plata: / salto del pezâ€. “Desde lo oscuro / miles de ojos te miran, / noche estrelladaâ€. “Un alarido / rompe el silencio / tiemblan los abedulesâ€. “En su espejo / de agua se mira / la soledad del bosqueâ€â€¦
Francisco Basallote, sureño, del alba y del ocaso, contemplativo.