La novela policiaca está tan viva que nada tiene que envidiarle a la histórica y clásica del género de décadas anteriores, siempre teniendo en cuanta que ésta es fruto de la herencia limpia notarialmente entregada a los nuevos herederos aunque debemos preguntarnos si todo lo que se publica en la actualidad como novela negra es buena gracias a esa fortuna heredada. Puede que sea así.
Luego no es porque “se ha puesto de moda”. Ella, con sus tramas e intrigas disfruta de presencia permanente en el panorama literario sin fronteras. Borges siempre la defendió señalando que no es una literatura menor. García Márquez, gran lector del género, escribe que la primera novela negra de la historia es Edipo Rey de Sófloques. Ya que en ella Terecias exclama ante el mítico personaje: “Afirmo que tú eres el asesino del hombre acerca del cual estás investigando” .La solidez de este género desafiador cuenta con más de un siglo de vivencia literaria, algo que ya señaló con vehemencia el indiscutible maestro Chandler: “el estilo es la inversión más valiosa que puede hacer un escritor con su tiempo” Á‰l bien que lo mostró. Luego cuidado con los disfraces y los plagios.
La buena novela negra no necesita de muletas ni reseñistas pagados por grupos editoriales para caminar, le basta la limpia muestra de su contenido armoniosamente narrado. No voy a estas alturas a copiar una vez más los fervorosos y sólidos criterios que José Luis Borges le ha dedicado, pero no está de más tomar unas líneas de los juicios sobre el género policiaco que con coraje crítico siempre defendió Raymond Chandler quien negaba a todos aquellos intelectuales “incontaminados” que consideraban el cine como un entretenimiento de masas” y se aferraba a sus corduras exponiendo el ejemplo de la tragedia griega, que siendo tan altamente respetable “por la mayoría de los intelectuales, era un entretenimiento de masas para el ciudadano ateniense, al igual que, dentro de sus límites económicos y topográficos, el drama isabelino” La novela negra presenta una atmósfera asfixiante de miedo, violencia, injusticia especial, inseguridad y corrupción del poder político que refleja las primeras décadas del siglo XX en Estados Unidos, cuando la crisis económica desatada tras la Primera Guerra Mundial (1914 – 1918) y la Gran Depresión de 1929 da lugar a historias policíacas inspiradas por la entrada en vigor de la ley seca (1920-1933) y el subsiguiente desarrollo del crimen organizado y el gansterismo.
Actualmente podemos clasificar en cuatro los tipos de este floreciente y perenne género literario: Novela de acción con el detective como protagonista. Novela desde el punto de vista del criminal. Novela desde el punto de vista de la víctima. Novela desde el punto de vista del juez dictador.
El enorme poeta y fabulador Fernando Pessoa, omnívoro lector, en su libro de relatos policiaco “Cuaresma, descifrador” confiesa que ”Uno de los pocos divertimentos intelectuales que persisten en los que aún queda de intelectual en la humanidad es la lectura de novelas policíacas” Acertado juicio de tan exquisito poeta como exigente lector de esta naturaleza narrativa en la que refugiarse para escapar por unas horas de la suciedad y mentiras en el que el poder de don dinero y los políticos amanerados tienes sumida a la sociedad. Modestamente expongo mis procurado que el contenido de mis crónicas literarias de la novela negra le ofrezca al posible lector una variada selección de autores que la componen, puede ser una honesta y objetiva guía para indicar y mostrar, al lector medio dónde elegir lectura sin quedar defraudado. Estoy con Roberto Bolaño en que.
“Yo no me siento el mejor narrador chileno, ni siquiera me preocupa eso. A mí lo único que me interesa en el momento de escribir es hacerlo con una mínima decencia, que no me avergÁ¼ence al cabo de un tiempo de lo que he escrito, no lanzar palabras al vacío.”
Francisco Vélez Nieto