ROA. Un poco de introducción: Estamos en la capital de Colombia durante la década de los cuarenta. El presente relato ficticio desarrolla las supuestas circunstancias en que fue asesinado el lÃder polÃtico Jorge Eliecer Gaitán y la génesis del turbio episodio de frenesà violento denominado “El bogotazo†luego de su muerte. Además esta cinta histórica dirigida por Andy Baiz da un retrato, quizás, idealizado de Juan Roa Sierra como un hombre humilde y dedicado a su familia -quien encontraba fascinante a Gaitán según la pelÃcula-, al que por el “azar†de las circunstancias se le atribuyó ser el homicida. Tal sospecha sigue hasta nuestros dÃas.
La reconstrucción de la Bogotá del momento es minuciosa y evocadora gracias al depurado trabajo de fotografÃa. Una factorÃa técnica muy cuidada, como también latente, la exhaustiva labor de documentación y acercamiento a la idiosincrasia del periodo. En cuanto al trasfondo polÃtico, se nos da algunos guiños u otras referencias sutiles, pero superficiales, al panorama gubernamental –partido conservador y liberal-  con ciertos indicios para el espectador sobre que fuerzas influyeron en el atroz crimen.
Dado el contexto, aclaro que este largometraje es una conjetura bien llevada que nos invita a explorar la endeble psicologÃa del sospechoso, similar ejercicio lo vemos por ejemplo en la reciente “Milk†de Gus Van Sant . El Juan Roa construido por su director es alguien perjudicado por los eventos, un justificado desafortunado con ciertas señales de una identidad difusa y corroÃda por sus temores inefables o inseguridades; tal proyección emocional ocasiona una imagen propia de Gaitán y al no ser correspondido en su ferviente admiración hacia él, causa una crisis interna. Ahà el confundido interior reacciona como rencor instintivo por la conmoción.
A pesar de los antecedentes nuestro protagonista intenta, en un creÃble giro de los acontecimientos, dejar su obsesión y esforzarse por recuperar lo más preciado en ese momento, su familia. Sin embargo la exposición de esta nobleza se percibe algo plana, por lo que difÃcilmente mantiene la tensión por verse implicado en el oscuro “complot†para matar al imponente candidato. Más vulnerable que nunca, debÃa involucrarnos en la narrativa con su angustia y desgarrar nuestras fibras sensibles por su fatÃdico destino. En mi opinión el problema no es interpretación actoral, que es correcta, sino la forma escrita del personaje en el guion.
Tocando el lenguaje es fluido y contundente, muy convencional en la progresión con pocas escenas estremecedoras al enfocarse demasiado en los percances del protagonista. Quiero decir que el peso dramático recae mucho en Roa y redunda en su miseria; aunque él sea el meollo, pudo haber mejor contrapeso si hubieran prestado atención a los secundarios para complementarlo y no sentir el film muy breve, ignorando su duración. El ejemplo más claro y que pudo incluso fortalecer las fisuras, o virtudes del personaje era trabajar la interacción con su esposa e hija en apenas momentos.
Solo puedo imaginar cuantas anécdotas relevantes tendrÃan potencial para ampliar esto, aunque quedarÃan en el tintero y terminamos obteniendo un producto entretenido de nostalgia efÃmera. Disminuyendo la abrumadora y caótica conclusión ya inscrita en el recuerdo de mi nación.