Mentiría si dijera que me creo tu verdad, porque mientes más que hablas sin tan siquiera pestañear, porque vives como quieren diciendo que no vives, y queriendo no vivir.
Mentiría si dijera que me creo tus lágrimas, porque están vacías de verdad, aguadas por el falso correr de los años y la falacia tergiversada de la utopía por venir.
Mentiría si dijera que sueño con estar junto a ti, porque ya me enseñaste que dos no es compañía sino soledad compartida, y tres no es multitud sino el número de la virtud.
Mentiría si dijera que nunca te amé, porque bien sabes que caí ante tu mirada perturbadora y tu personalidad arrolladora, cegado por el brillo de tu piel y las mentiras que un día me creí.
Mentiría si dijera que el rencor es mi bandera, porque arriada la llevo conmigo aguardando un nuevo muelle en el que naufragar, ansiando un futuro en el que no creo y añorando un pasado que nunca fue.
Mentiría si dijera que no volvería junto a ti, porque tu veneno me alimenta y tu susurro me basta para iniciar el caminar hacia cualquier lugar que tú me indiques.
Mentiría si dijera que ya no te quiero, y no te quiero mentir, porque la mentira daña todo aquello que quiere proteger.
