De pronto se me ocurrieron dos cosas para esta nueva entrada: escribir sobre poesía y narrativa. Le había estado dando vueltas a la relación entre la métrica y el verso libre con el mensaje que se quiere expresar, cuando lo más importante es precisamente eso: el mensaje. Igual ocurre en la narrativa. Me gusta que los géneros literarios aborden diversos temas y de ese modo acabar con los tópicos que dicen que la poesía es solo sentimiento; la narrativa y el ensayo, razón, y no sé que otra tontería (porque se complementan perfectamente una de la otra) más que se inventan por ahí aquellos que van de gurús de las letras.
Entonces, aquí va el primer concepto al que me refería:
«El esquema métrico delimita la profusión verbal, para que ésta se desarrolle armoniosamente. Si la predisposición en el proceso poético de escritura es la síntesis, con la métrica conforma un orden. En el caso del verso libre, el esquema es la idea o imagen (que existe en ambos casos pero en el verso libre es predominante), es lo que da ese ese orden; desde un monosílabo hasta más allá de un alejandrino, en cada uno de los versos que conforman la estrofa».
En cuanto a narrativa solo decir que estaba revisando los diversos métodos de construir una historia apartir del siguiente párrafo:
«La hora y el lugar eran impropios para soltar una grandilocuente carcajada. Pero ocurrió: me reí de tal forma que el silencio ya instalado en el bar se hizo insoportable. No había terminado aún de reírme cuando ella sacó una pistola y me disparó a quemarropa. No recuerdo nada más excepto aquel -nos equivocamos de hombre-, dicho por uno de los presentes».
El narrador está en primera persona. Podría haberlo escrito en tercera, pero como bien sabrán en primera el nivel de implicancia entre narrador y lector es altísimo. En tercera persona es un poco visto desde fuera; aunque también existe un grado (con otros matices diferentes) de implicancia.
El resto ya forma parte del estilo del narrador. Hacia donde va dirigido el argumento (si es que lo tiene) es cuestión gustos, o de cómo quedaría mejor. Pero sobre todo entendible: esa es la premisa. Para el caso de la poesía esta premisa también es válida.
Próximamente daré más detalles sobre estos temas.
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