Una historia encantadora sobre vínculos familiares, disparatadas limpiezas caseras y el arte de contar historias
La protagonista del libro es la tierna abuela de Shalev, Tonia, que llegó a Palestina procedente de Rusia en los años veinte y pasó toda su vida en lucha constante contra el que ella consideraba el principal enemigo de su familia en aquellas nuevas tierras: la suciedad. A la abuela Tonia no se la vio nunca sin un trapo al hombro. Recibía a los visitantes fuera de casa para que no se llenara todo de polvo y sólo permitía entrar a unos pocos privilegiados (y siempre por la puerta de atrás). Hilarante y conmovedora, la abuela Tonia y sus reglas cobran vida en un relato que gira alrededor de la llegada a la familia de una enorme y reluciente aspiradora americana.
Meir Shalev, galardonado con el National Jewish Award, el premio Brenner, el premio Juliet Club y el Chiavari, es uno de los novelistas más populares y respetados de Israel. Ha sido traducido a más de 20 idiomas y sus libros han sido best sellers en Israel, Italia, Francia, Holanda y Alemania.
Meir Shalev es hijo del poeta Itzhak Shalev, pero la pasión por la literatura no la ha heredado de los varios escritores de su familia, sino de las historias sobre mitos locales que le contaba su madre. Esta pasión por narrar aparece una y otra vez en Mi abuela rusa y su aspiradora americana. Shalev es miembro de la Academia Bávara de las Artes de Munich y vive en Jerusalén con su esposa y sus hijos.