Me relaciono con personajes que viven romances apasionados o sufren dramas de suma intensidad.
También conozco a seres que disfrutan increíbles aventuras o participan de fábulas maravillosas.
Otros me relatan acontecimientos históricos, me explican misterios de la ciencia o simplemente me entretienen jugando con las ideas.
Algunos sobreviven durante siglos o tienen una existencia fugaz, pero todos son muy frágiles: tienen el alma liviana de las palabras.
Sus vidas descansan en mi mano y mueren cada vez que los abandono.
Son los vecinos que habitan en mi biblioteca, mis libros. Sin ellos yo no sería lo que soy.