Convénzanse de que no son las multinacionales, ni las grandes empresas, menos aún lo especuladores financieros; tampoco el Estado y sus empresas, llenas a rebosar de elementos inútiles y que por parasitarlas, casi ninguna llega a ser rentable.
Lo que verdaderamente crea riqueza y dinamiza un país o nación, es la pequeña y mediana empresa, la que los gobernantes (si fueran inteligentes o no se vendieran a otros intereses) debieran fomentar, de forma y manera que estas proliferaran por todo el territorio nacional, para así la riqueza y bienestar que generan fuese mucho mejor repartido.
La multinacional o gran empresa, no tiene raíces nacionales y mucho menos regionales o provinciales. Lo estamos viendo y padeciendo, ellos se trasladan allí donde mejores rendimientos encuentran para sus capitales y aunque éstos fuesen obtenido en el territorio que abandonan; son sociedades tan materialistas que en realidad son las que producen todos los conflictos que hay en el mundo; puesto que allí donde llegan, sacan del dinero público todo cuanto pueden, imponen los precios que quieren y si las cosas les empiezan a ir mal, abandonan sin escrúpulo alguno puesto que lo que ellos pusieron en su día, ya fue recuperado con creces y allí lo que queda ya no les cuesta nada; pero aún así si pueden exigirán indemnizaciones máximas.
Por el contrario, la empresa pequeña o mediana (más la primera que la segunda) tienen raíces económicas y familiares, en el lugar donde se desarrolla o ha nacido. Sus fuerzas no le permiten hacer grandes desplazamientos, muy pocas son las que se extienden por la provincia o región y mucho más escasamente en ámbito nacional, casi ninguna se ramifica en el extranjero y caso de hacerlo, en todas estas extensiones o ramificaciones, su sede central permanece en el lugar donde nació; es el máximo orgullo de su fundador y mantenedor que procura inculcar éste espíritu en su descendencia, que generalmente casi siempre será su propia familia.
Esa empresa en muchos casos, llega a asociar a sus empleados más destacados y les da participación en la misma, claro está que esta será siempre minoritaria, como asimismo si admite otros socios; puesto que el máximo orgullo o la máxima satisfacción de quien fundó esa empresa es verla crecer pero controlarla de por vida, asegurándose antes de morir que la misma quede “en buenas manos”.
Nicolás Maquiavelo, en su libro “El Principe” y tras desarrollar todo lo que se refiere al poder y la forma de conseguirlo y mantenerlo; en su capítulo XXI dedica un párrafo aconsejando “al príncipe” el que cuide de todos sus súbditos emprendedores y lo dice de esta manera: “Debe estimular a los ciudadanos a ejercer pacíficamente su profesión y oficio, agrícola, mercantil o de cualquier otro género, y hacer de modo que, por el temor de verse quitar el fruto de sus tareas, no se abstengan de enriquecer al Estado, y que, por el miedo a los tributos, no se persuadan a dedicarse a negocios diferentes”. Es claro que aquel estadista vio no sólo la estrategia del poder mediante la fuerza, el asesinato y lo que fuera menester para mantener un principado, sino que advirtió que la riqueza sólida vendría de los emprendedores de cualquier tipo de industria o negocio que naciese dentro de sus fronteras y que ésta es la más interesante para la nación, puesto que en ella nace y se desarrolla.
La situación actual de España (donde se ha arruinado adrede (no se les ha ayudado nada) e incluso negándole deudas a cobrar para asfixiarlos mucho antes) es tan calamitosa hoy, precisamente por la devastación que toda la política ha hecho de estos indefensos creadores de riqueza y de los verdaderos puestos de trabajo seguros y por tanto duraderos. No extraña pues lo que se publica y que copio: veamos.
“El presidente de CEPYME, Jesús Bárcenas; clama por la situación actual de la pequeña y mediana empresa y la plaga que ha caído sobre la misma, lo que la está haciendo desaparecer de forma no preocupante, sino alarmante”. Esto y mucho más lo manifiesta éste dirigente empresaria el 16-07-2010 en el periódico “Cotizalia”.
Mientras todo esto ha ocurrido, los bancos y otras entidades, han recibido enormes cantidades de dinero, que muchos de ellos y en vez de invertirlas productivamente, se han limitado a comprar deuda puesto que la ganancia era segura y el riesgo nulo. Esa es la situación de penuria actual y como siempre he dicho, motivada por unos inútiles políticos que no han sabido gobernar… y seguro que todos ellos han leído… “El Príncipe de Maquiavelo”.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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