Tan absurdo como vivir, tan inútil como matar, tan vacío como allá y aquí, tan frío como un mal donjuan, tan disfrazado como la verdad, tan punzante como tu amor, tan grave como es amar, tan fuera de tono como yo, tan cerca como el verano del invierno, tan conveniente como un pasón, tan jocoso como un cuervo, tan donoso como un cuento de Poe, tan neutral como un verdugo, tan cruel como el perdón, tan frustrado como el que no pudo, tan frustrado como el que lo logró, tan tranquilo como un amante en el armario, tan heroico como desertar, tan libre como pez en un acuario, más simple que ir a cagar, tan natural como un tinte de pelo, tan suave como un rastrillo, tan tierno como perro en celo, ése soy si no estoy contigo, tan fugitivo como una ilusión, tan sobrio como José Alfredo, tan triste como mi mejor versión, tan mentiroso como sincero, tan tonto como siempre,
tan vil como mi raza,
tan águila como serpiente,
tan Cortés como víbora emplumada,
hasta que la marea de licor me alcance, yo sigo de pie, tan náufrago como navegante, oteando con la memoria tu piel, fugitivo y a la vez comandante siempre he sido y seré, viajando a todas partes sin quedarme en ninguna nunca, buscándote a espaldas de mí mismo, como una tierra perdida en el mapa del cinismo, un náufrago que te busca y un navegante harto de ti, cuyas bitácoras te describen como un viaje sin fin, y cuentan que hallarte es un martirio, tan capitán de la nave como polizón, tan persuasivo como mi billetera sin dinero, tan duro y suave como mi corazón de libro, tan falto de inspiración como el tintero, tan volátil como el whisky que bebo, tan paciente como el que escapa, tan alegre como los buenos boleros, tan dueño de ti como dueño de qué, dueño de nada, ojalá en el último momento nos encontremos, tú sentada en la orilla de un riesgo inminente, yo sometido por fin a los deseos de mis demonios internos, y, quizá, tomados de la mano navegaremos a contracorriente.