Año: 1970
País: Francia
Título Original: Mais ne nous délivrez pas du mal
Director: JoÁ«l Séria
Guión: JoÁ«l Séria
Música: Dominique Ney
Fotografía: Marcel Combes
Reparto: Jeanne Goupil, Catherine Wagener, Bernard Dheran,
Marc Dudicourt, Véronique Silver, Jean-Pierre Helbert…
Género: Trhiller/ Horror
SINOPSIS
Dos adolescentes cansadas de las estrictas normas de un colegio católico deciden hacer todo el mal posible siguiendo las doctrinas de Satanás olvidando a Jesús.
CRÁTICA
¿Adolescentes ataviadas de uniforme que no paran de fornicar de principio a fin? ¿Asesinatos repulsivos? ¿El mal en estado puro? ¿Torturas dolorosas? No nos libres del mal es el morbo en celuloide, una rara avis que permanece en la memoria colectiva de lo prohibido. Amada a la vez que repudiada, su director jamás volvió a destacar dedicándose a la televisión con Telefilmes de baja estofa como “Leopold” donde repetiría con Jane Goupil.
Su influencia se nota en “Maladolescencia” “Alucarda” o la alabada obra maestra criaturas celestiales que copiaba no pocas ideas del filme francés.
Los franceses siempre jugando con lo macabro, en la actualidad disfrutan del éxito con Frontieres, Haute Tensión, Martirs. No es de recibo olvidar sus aportes de antaño. Me vienen a la mente la muy bizarras Baby Blood o la filmografía del legendario Jean Rollin que siempre se adscribió al erotismo sazonado con dosis de horror sin renunciar al gore en obras de cierto culto tales como “El castillo de las vampiras en 1979” o “Réquiem por un vampiro de 1971”. Sin olvidar la medio polaca con capital francés “La posesión de 1981”.
Por tanto no es nada nuevo la controversia provocada por los galos, mientras más investigo la filmografía oscura de este país más joyas descubro. No nos libres del mal es un caramelo envenenado de excelente virtuosismo visual sobresaltando una fotografía lúgubre característica del goticismo con el que cuenta la cinta en unos decorados cerrados donde lo religioso tiene un factor protagonista. Destacando los planos naturistas que embellecen la sucesión de crueldad que nos presenta un guión de atractiva trama puesta al servicio de unas interpretaciones magistrales de las jóvenes protagonistas. Destacar también una rompedora banda sonora que acoge con entusiasmo los momentos clave del filme.
Dos chicas que fulminan todo lo que se les cruza por delante utilizando sus hermosos cuerpos. La lascivia del pecado mostrada en todo su esplendor en imágenes eróticas llenas de una fuerza demoledora que fascinan con la decadencia de las víctimas que caen en las garras de ambas descerebradas que terminaran pagando la indecencia. Contundente crítica a la iglesia con sus falsos valores, un canto al libre albedrio de consecuencias imprevistas. Sin faltar la violencia descarnada es un plato exquisito servido sin adornos que tape su sana intención provocadora sin faltarle un gran estilo tanto en su puesta en escena como la excelente dirección de un autor injustamente olvidado. Veremos si la comedia Mumu de próximo estreno le sirve de nueva lanzadera.
Lo Mejor: Todo.
Lo Peor: Su inmerecido olvido.
Un 9.