Hace pocos días he leído con cierta inquietud que hoy en día los niños aprenden antes a usar un teléfono celular que a atarse los cordones de las zapatillas.
Es frecuente que sepan manejar la computadora, antes que a andar en bicicleta. Estos datos se basan en estudios realizados en distintos países, en el que fueron consultadas madres de niños entre los 2 y los 5 años de edad, sobre sus hábitos y actividades.
He observado este verano a muchos niños encerrados en una sala de video juegos, ubicada nada menos…que en la playa!!!! Ni siquiera la arena y el mar parecen suficientes para alejarlos del mundo virtual.
A esta altura, nadie pone en duda los beneficios de los avances tecnológicos…sólo me permito añorar algunos antiguos juegos y juguetes de mi infancia: las canicas de vidrio, el dominó, los barcos de papel, los soldaditos de plomo, los autitos de colección, las muñecas de trapo, el caballito balancín, la rayuela.
En la inolvidable película “Amelie” hay una bellísima escena sobre este tema: la protagonista descubre por azar una caja con pequeños juguetes, escondida por el niño que habitó en su casa. Ella decide buscar al propietario de estos recuerdos y le permite “encontrar” aquella antigua caja en una cabina telefónica. El momento en que el hombre adulto se reencuentra con su niñez oculta en esa caja es altamente emotivo:
http://www.youtube.com/watch?v=fg2mkfuSjIs
Con este tipo de objetos, he realizado varias pinturas en formato de cajas abiertas, que pretenden homenajear aquellos dulces días de otras infancias…