Nuestra juventud se quema
Aquel que lea este escrito verá que los seres humanos se queman, sobre todo nuestra juventud, y no es un fuego que se pueda apagar echando y echando agua. Se nos queman los jóvenes con el modo de vida al que se están acostumbrando, a la falta de información de las familias, a la dejadez y el desinterés de nuestros gobernantes y organismos, que en teoría tendrían que implicarse en todo ello; a estos recortes que sufrimos los que tendemos la mano para dar soluciones y que hoy en día solo podemos dar buena voluntad e ilusiones, porque no hay nadie detrás que nos apoye realmente, y es triste vender humo a esos muchachos y a todas las familias que esperan una palabra que les de esperanza.
El monte se quema y con el tiempo se recuperará. Pasaran treinta años, quizás menos, no lo se. Pero los destrozos de la droga en las personas no se recuperan con tanta facilidad, o no se recuperan nunca o quedaran daños para siempre.
No me importa si no entendéis el escrito. Es importante la naturaleza, ya que es el legado que tenemos para dejar a nuestras nuevas generaciones. No está bien que se queme o se esquilme, pero si esas generaciones se van pudriendo, en este caso que es la droga y la falta de respeto hacia todo ¿qué y para qué queremos que hereden?
En todo esto empezamos con fuerzas, y continuamos empujando y pidiendo lo poco que se nos pueda dar para atender a esas familias o a esas personas que tienen un fuego muy grande en casa, o que se les está empezando a formar, y que luego hay que tener vigilado siempre, para que no se avive. Es una dinámica muy brutal en la que está metida esta sociedad, donde para la foto aparecen todos, pero para remangarse desaparecen todos.
Claro que se queman los montes y desaparecen las especies, y me apeno de ello, pero puedo apenarme más de esos corazones que se queman por las epidemias tan dañinas y asquerosas que atrapan a las personas en unas llamas continuas y que, ojalá, con una simple manguera apagásemos esas llamas para siempre.
Todavía necesitamos más jóvenes intentando solucionar algo que ni comprendemos ni acertamos a dar con la manera de lograr alejar; y no tan jóvenes hundidos en todo esto, para que salgamos a denunciarlo y no nos escondamos en nuestras casas esperando que otros solucionen la papeleta o escondiendo la cara de vergÁ¼enza porque nos ha tocado a nosotros y preferimos escondernos como si fuera la peste.
Intentar arreglarlo es difícil, y comprender la situación y solucionar el problema con buena voluntad, pero con un total desconocimiento, pues desde el momento que hay un “miedo al que dirán” ya no se está preparado para afrontarlo.
Ojalá todo se arreglase echando agua y apagando el fuego. Ojalá. Pero me temo que esto es mucho más complejo y empieza por dar la cara e informarse, porque el futuro de mucha, de demasiada gente, está en juego.
Antes había un anuncio que decía: “Cuando el monte se quema, algo tuyo se quema”. Cambiar por la palabra droga , adicción, etc. y veréis cómo el significado de: “… algo tuyo se quema”, siempre, siempre, está en medio y da sentido a la frase, la muevas como la muevas .