Octavio Aceves presenta su último libro: Cuando los ángeles cantan.
Ayer, martes 18 de noviembre de 2008, presentaba Octavio Aceves la biografía de su gran amiga y gran cantante Victoria de los Ángeles.
El teatro Muñoz Seca, lugar del acto, había llenado su aforo: seguidores y entusiastas del consagrado autor y de la insigne intérprete habían ocupado todos los asientos y, al final de la sala, atendían a la presentación, de pie, los invitados que no habían podido conseguir sitio: nadie quería perderse el evento.
El alcalde de Madrid, Don Alberto Ruiz Gallardón no pudo asistir, como estaba previsto, pero no faltaron amigos para arropar a Octavio Aceves, tan nervioso como acostumbra en todas sus presentaciones, a pesar de llevar ya la cifra nada desdeñable (más bien impactante) de treinta y cuatro publicaciones.
Enrique Cornejo, que había cedido la sala para el evento inició la ceremonia que fue «apadrinada» por el editor, Antonio Huerga; la duquesa de Fernandina, en calidad de escritora y amiga de Octavio; Helena Mora, presidenta de la Fundación Victoria de los Ángeles; y Juan Ángel Vela del Campo, crítico y escritor.
La velada comenzó con uno de esos toques especiales que pueden esperarse de tan carismático escritor como es Octavio: el pianista Omar Hernández y la soprano Elisa Garmendia ponían música a esta celebración y presentación con un aria de Schubert. Tras el momento de recuerdo, y de ambientación, el editor, quien mencionó también a Charo Fierro, tuvo palabras de elogio para Octavio a quien definió como un «intelectual sencillo, cariñoso, amigo de sus amigos. Recordó asimismo sus conocimientos esotéricos y humanísticos y su talento creador y generoso.
Le siguieron las palabras de la duquesa de Fernandina, quien hizo un magnífico repaso de la vida de Victoria de los Ángeles a quien alabó tanto por su profesionalidad y talento como por su humanidad y gestos. Habló de los veinticinco años de amistad admirable que habían transcurrido entre Victoria y Octavio y de la pasión que este último sabe transmitirnos en sus obras, capaces de atrapar a los lectores sin acudir a los fáciles recursos del morbo y del chismorreo.
El momento emotivo de la noche se dividió a partes iguales entre las intervenciones de Helena Mora y la del propio Aceves. La presidenta de la Fundación Victoria de los Ángeles recordó que Octavio era alguien «de casa», que «siempre tenía un puente aéreo a mano… una caja de marrón glacé que regalar a Victoria». «Ella lo adoraba», afirmó. Fue una presentación personal y sensible en la que se podía notar perfectamente el afecto que los une.
El periodista y crítico Juan Ángel Vela del Campo por su parte puso el acento en que estábamos ante un libro «muy pudoroso» y «la historia de una amistad», aparte de mencionar rasgos grandes de la «antidiva».
Octavio Aceves, autor también de una biografía de María Malibrán y buen conocedor del mundo de la ópera, visiblemente emocionado e íntimamente feliz, tuvo una intervención corta, afable, como es su costumbre, muy agradecida y subrayó esa amistad y admiración que lo unía a Victoria de los Ángeles. No fue él, sin embargo, quien hizo notar que ha cedido los derechos de autor a la Fundación para que se siga invirtiendo en nuevos talentos que puedan llegar lejos sin necesidad de recurrir a elementos externos al propio arte de bel canto.
Fantástica presentación donde no faltaron ni el humor ni los incondicionales de Octavio como Concha Márquez Piquer, Pedro Víllora, Marián Conde o Pitita Ridruejo, entre otros.