Así lo ha informado esta misma mañana, 26.02, la agencia Europa Press. El triste acontecimiento ha tenido lugar en Yucatán (México). Y la causa parece que ha sido debida a un infarto de miocardio. Es claro que, de una u otra manera, no hay día en que las espinas del dolor no toquen con dureza la corteza interna del hombre.
Así es la vida, y han empezado ya a oírse algunas declaraciones al respecto, como las de la Presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, quien ha dicho, con tristeza: “Su genio y arte nunca nos abandonarán”.
Pero nos lo han arrebatado demasiado pronto. Solo contaba con 66 años. Y hoy el Flamenco se halla en riguroso luto por tan durísima pérdida.
Hace solo unos días, alguien colgó un vídeo en las redes sociales, en el que se podía ver, y oírse, cuando Paco era apenas una muchacho, acompañando a Porrina de Badajoz, por fandangos.
Todos los que tuvimos la suerte de conocerlo, vimos siempre en él a alguien grande, que rezumaba arte con la guitarra flamenca en sus manos. Agradable y noble en el trato y parco en palabras, pero iluminado siempre por una gran personalidad.
Su referente de toda la vida, el Niño Ricardo; para muchos flamencólogos el guitarrista flamenco más importante de todos los tiempos.
Precisamente, “Homenaje al Niño Ricardo” (soleá) es una de sus mejores y más conocidas obras del autor de de “Entro dos aguas” (rumbas), así como “Almoraima” (bulerías), etcétera.
Y en otro orden de cosas, era poseedor del Premio Nacional de Guitarra del Concurso de Arte Flamenco de Córdoba, Medalla de Oro del Mérito de Bellas Artes, Premio Príncipe de Asturias de las Artes, Doctor Honoris Causa en Cádiz, y el Berkee Collage of Músic of Boston.
Huelga decir siquiera el dolor que embarga ahora, no solo ya a los aficionados del Arte Flamenco (Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, por la UNESCO), sino a todos los que le pudimos ver y oír en alguna ocasión.
Descase en paz.