«A la manera que el río hace sus propias riberas, así toda idea legítima hace sus propios caminos y conductos». Ralfh W. Emerson
«El trabajo del pensamiento se parece a la perforación de un pozo: el agua es turbia al principio, mas luego se clarifica». » Proverbio chino
«Quien no se resuelve a cultivar el hábito de pensar, se pierde el mayor placer de la vida«. Thomas Alva Edison.
Nos proponemos, más que cualquier otra cosa, reflexionar sobre la pertinencia de exponer- a nuestro juicio-la necesidad de abrir el debate sobre qué tipo de cooperativismo requiere la Argentina y Latinoamérica, es decir, cuáles deberían ser las actualizadas y vinculadas concepciones sobre la sociedad, el hombre y la empresa que reanimaran a estas entidades. Asumimos que el Primer Foro por la Nueva Independencia es un ámbito propicio.
Ese ámbito propicio está dado por el enunciado de los “Foros por una Nueva Independencia, son espacios federales para la visibilización, el desarrollo, la profundización y la sistematización del debate político cultural en Argentina en el contexto de las vísperas del Segundo Bicentenario. Así, las ideas de independencia, soberanía y emancipación serán abordadas desde una perspectiva histórico- cultural, como así también desde las encrucijadas, los desafíos y los interrogantes del presente”.
Nos estamos refiriendo a los Foros impulsados desde la Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional, organismo dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación Argentina.
Las cooperativas como expresión económica y social de tradición Rochdeliana se han insertado y desarrollado en la Argentina desde el año de 1898 con la fundación de “El Progreso Agrícola”, entidad organizada por los agricultores de la localidad situada al sur de la provincia de Buenos Aires denominada PigÁ¼é, consagrada a asegurar las cosechas contra el granizo. Aunque muy recientemente la Comisión de Asuntos cooperativos de la Cámara de Diputados de la Nación argentina aprobó (-5025- D- 2014) que «Se declara como Pionera del Cooperativismo Argentino a la ciudad de Paraná, Provincia de Entre Ríos», en base al trabajo de Ricardo César Bazán (Técnico Superior en Cooperativismo e Investigador en la materia) que encontró que la primera cooperativa argentina es “La Panadería del Pueblo” fundada en 1857.
Desde ese entonces las cooperativas, en sus diversas expresiones no dejaron de expandirse y consolidarse.
El recientemente galardonado como Personalidad Destacada de las Ciencias Económicas de la Ciudad de Buenos Aires en un acto celebrado en la Legislatura porteña, el economista argentino Aldo Ferrer afirma que “no comprenderíamos adecuadamente las causas de los problemas económicos argentinos sin hacer un análisis de las raíces históricas y de los cambios producidos en la economía mundial que, tradicionalmente, han jugado un papel preponderante en el desarrollo del país”.
Coincidimos con esa visión de Ferrer en cuanto a tener presente la historia económica y las cooperativas forman parte de la historia argentina, su influencia en los pueblos del interior, su enfrentamiento con los sectores monopólicos extranjeros ligados a fracciones conservadoras antinacionales.
El General Juan Domingo Perón alguna vez las denominó “custodios de la soberanía nacional” en relación a que sus beneficios económicos no envían al exterior sino que lo reinvierten en Argentina. Es más, el sector cooperativo no contribuyó a incrementar la Deuda Externa.
Ahora, para enfocar nuestra atención en la temática que aquí planteamos, debemos anotar que el movimiento cooperativo argentino y Latinoamericano son, en su nacimiento y en su desenvolvimiento, de características «espontáneas y contemporizadoras», salvo unas que otras experiencias históricas, como por ejemplo, la experimentada en los periodos marcados por los Planes Quinquenales de Perón que estuvieron orientados y encaminados, juntos a otros sectores, a construir un proyecto de Justicia Social, Soberanía Política e Independencia Económica.
Nosotros entendemos que desenvolverse de manera «espontánea y contemporizadora» equivale en realidad a seguir los designios del dejar hacer, dejar pasar, el mundo va solo. (Laissez faire et laissez passer, le monde va de lui mÁªme). El contexto socio-económico y político real de Latinoamérica está en sacudirse de esa falaz significación.
En cambio, en la construcción de una “unidad de concepción, unidad de acción” bien se podría estimular y seducir por persuasión educativa cambios de visión y conducta en el seno del movimiento cooperativo, pues juntarse no es organizarse, claramente es Pensamiento cooperativo nacional y Latinoamericano. Persuadir o dejar hacer, dejar pasar.
“Lo que queremos decir a los argentinos, es que debemos inculcar un Nacionalismo acendrado y cabal, que subraye que la Argentina es nuestro hogar y que afirme en todos sus planos su identidad nacional, con una cultura de asociación como corresponde a la época”. Juan D. Perón.
Ciertamente, en el Segundo Plan Quinquenal-apartado IV.G.14- encontramos que: «La difusión de los principios del cooperativismo y la constitución de cooperativas escolares y estudiantiles serán auspiciadas por el Estado a fin de contribuir a la formación de la conciencia nacional cooperativista y prestar servicios útiles a los alumnos.»
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!